Resumen
Marie Curie, polaca nacionalizada francesa, fue la científica que junto a su esposo, Pierre, descubrió en un ambiente de carencias económicas dos elementos de la tabla periódica, el polonio y el radio. Fue, también, madre de dos hijas, Irene y Eva. Irene, en su adultez, la auxiliará en el laboratorio y posteriormente ganará un Nobel de Química; su madre obtuvo dos, uno de Física y uno de Química, convirtiéndose en la primera y única mujer con este prestigio en la historia de los Nobel, así como en la primera profesora en la Universidad de la Sorbona, Francia. El séptimo arte ha inmortalizado la figura de Marie en cinco largometrajes.
Palabras clave: Marie Curie, Pierre Curie, radioactividad, física, cine
Abstract
Marie Curie, a Polish nationalized Frenchwoman, was the scientist who, together with her husband, Pierre, discovered two elements of the periodic table, polonium and radium, in an environment of economic deprivation. She will be the mother of two daughters, Irene and Eva. Irene, as an adult, will help her in the laboratory and will later win a Nobel Prize in Chemistry; her mother obtained two, one in Physics and one in Chemistry, thus becoming the first and only woman with this prestige in the history of the Nobel Prize, as well as the first professor at the Sorbonne University, France. The seventh art has immortalized the figure of Marie in five feature films.
Keywords: Marie Curie, Pierre Curie, radioactivity, physics, cinema
Mujer prodigiosa y cine
Numerosas películas en la historia de la cinematografía nos han presentado la figura de mujeres como protagonistas de cambios sustanciales, íconos que han dejado un legado en los espacios en los que se han desenvuelto y se han convertido en modelos a seguir y líderes de inspiración. Viene a mi mente la inmortalización de figuras en la pantalla gigante como Frida Kahlo, la reina Isabel II de Inglaterra, santa madre Teresa de Calcuta, Evita Perón.² Muchas de ellas grandes personalidades de la literatura, la filantropía o la política. Pocas pertenecen al campo inusitado de la ciencia.
La ciencia no ha sido escenario para todos los seres humanos. Pocos privilegiados tienen el honor de entrar en un salón o en un laboratorio y comprender fórmulas matemáticas, compuestos químicos y problemas de la física. En cuanto al tema sugiero una tesis: un mal profesor de ciencia puede devenir en un pobre aprendizaje de la materia. Si a la mayoría de los simples mortales se nos dificultan las matemáticas, la química, la lógica, la física, ¿será porque nuestra iniciación en estas materias fue negativa, porque el profesor no tenía la mejor didáctica y cuando no entendíamos nos hacía sentir ignorantes? Esta humillación pública en edades delicadas como la adolescencia, por ejemplo, podría negarnos la posibilidad de seguir explorando los seductores enigmas del conocimiento de estos cursos. De allí que sugiero que, en algunos contextos, puedan surgir muy pocos científicos, eso sin tomar en cuenta la baja asignación presupuestaria en tantos países para la investigación y el fomento de las ciencias.
¿Y si a esta noble labor agregamos una característica (o variable) más como la del sexo femenino? Durante siglos, por distintas circunstancias ya atendidas ampliamente en la vasta bibliografía sobre el tema, las mujeres han sido menospreciadas en la sociedad, que veía en el hombre el único ser capacitado para ciertas habilidades y la única opción para algunas profesiones. Incluso, como lacerante eufemismo, algunos sectores calificaron al femenino como el sexo débil. El alzamiento de las voces de las mujeres que crecen, viven y se desarrollan plenamente en sociedades distorsionadas por el machismo y que han sido marcadas por la discriminación, si bien es de larga data y exhibe figuras trascendentales, ha tomado vigor y se ha consolidado en épocas recientes.
Resulta muy importante resaltar la figura de mujeres como Judith Butler, filósofa judeoestadounidense, autora de diversos artículos, ensayos y libros, reconocida como la escritora de género más leída e influyente de la actualidad. En la pieza ensayística «Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista»,³ Butler sostiene que el género puede comprenderse como «performativo», es decir que es comprendido en una audiencia social. Para Butler, la guía que indica cómo desenvolverse según el género se transmite de padres a hijos en forma de «significados» socialmente establecidos.⁴
Debido al desenvolvimiento social del humano, estos significados se traducen en actos que se observan, reproducen y aprenden; por tanto, asumen una cualidad performativa (performer = actuación). Butler argumenta que el género es esencialmente la repetición de estas guías sociales que predeterminan los actos enlazados con hombres o mujeres. Refiere que las acciones que se consideran apropiadas para mujer y hombre han sido transmitidas de generación en generación para reproducir una dinámica que conserva y da legitimidad a estos hechos conservando un «binario de género».⁵ Por tanto, según Butler, el género es un concepto sociológico o cultural.
A partir de Butler, el género es una construcción social, una serie de símbolos, prácticas y normas que se relacionan y se preservan generando un discurso que con el tiempo y la permanencia de su ejecución se convierte en un imaginario social. En conclusión, Butler desea establecer que las normas de género no son causas, sino efectos de una serie de actos performativos que a fuerza de ser repetidos innumerables veces se constituyen como naturales dentro del discurso de poder.
La fundación Datalat, en su artículo «Mujeres y ciencia: ¿Cómo es la participación?», presenta datos interesantes tales como que las «mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y si bien suman un tercio del total de investigadores, tan solo algo más de un 10% de los miembros de academias científicas son mujeres».⁶ 10% de las asociaciones que aglutinan a quienes se dedican a la ciencia son mujeres, es decir, apenas una de cada diez o diez de cada cien (para expresarlo con sencillez).
A partir de lo anterior, permítanme presentarles a la científica que en los lejanos fines de 1800 y principios de 1900 venció las barreras geográficas, jerárquicas, sociales y masculinistas para decir con voz fuerte y clara que había descubierto dos elementos (polonio y radio), que fuera la primera profesora de la prestigiosa e histórica Universidad de la Sorbona, acreedora de dos premios Nobel, de Física y Química (la única en la historia), así como orgullosa madre de una Premio Nobel de Química.
Manya Sklodowska⁷ (nombre de soltera en idioma natal), popularmente conocida como Marie Curie (adaptado al francés al contraer nupcias), fue la física polaca, nacionalizada francesa, que en el laboratorio en el que participó con su esposo durante más de 30 años descubrió el principio de la radioactividad.⁸
Por muchos años y en diferentes países europeos, Marie trabajó como institutriz. Por ello y por su gran capacidad intelectual hablaba alemán, ruso, francés, polaco e inglés. Su trabajo consistía en educar y escolarizar (labores que se confunden, pero son diferentes) a las hijas de familias ricas. Dedicaba toda la jornada laboral a este empeño. Durante esos años, lejos de su país y de su amado padre (su madre había fallecido de tuberculosis cuando ella era niña), se dedicó a ahorrar todo lo que le era posible, aceptando en algunas ocasiones trabajos con familias que le desagradaban, pero que la retribuían mejor. En correspondencia con su padre, ella le expresaba los momentos amargos de su trabajo y él, con especial afecto (se dice que era su hija consentida), le pedía paciencia si ese era el camino para alcanzar sus objetivos. Polonia no era una alternativa para estudiar, pues en sus universidades no era posible la admisión de las mujeres.⁹,¹⁰
Después de lustros de trabajo arduo, vida austera y enfocada en el ahorro, Marie fue a vivir a París con su hermana Bronia, recién casada. Previo al tan ansiado viaje, Marie todavía le escribiría a Bronia que no ambicionaba mucho. Si se le permitía un pequeño espacio para habitar, molestaría lo menos posible porque su gran deseo era iniciar una vida académica. Comenzó sus estudios para licenciarse en ciencias, en la Sorbona. Después de cuatro años de estudios decidió que quería más, particularmente una especialidad en física. Se rodeó de mentes brillantes y su cotidianidad, a los 26 años, transcurrió entre los estudios en la Universidad y las lecturas en casa. Poco más.
Alrededor de aquellos años conoce a Pierre Curie en la Sociedad de Física, un hombre de 35 años. A Marie le parece que él aparenta menos edad. Los científicos se enamoran y de aquel idilio surge para Marie un arca de curiosos regalos, tanto es así que Pierre le hace llegar una edición de su último trabajo titulado Sobre la simetría en los fenómenos físicos, simetría de una zona eléctrica y simetría de una zona magnética. Un año después de conocerse se casan y se dedican de lunes a viernes a la charla científica y los fines de semana a los paseos en bicicleta. Van por la campiña francesa, de pueblo en pueblo, descansando por las noches en los pequeños hostales disponibles. Disfrutaban en verdad de la naturaleza y de la sensación de libertad de hacer lo que les complacía sin presiones.
Estreno en el cine: Madame Curie
El séptimo arte ha tenido una larga tradición de llevar a la pantalla grande la historia de Manya Sklodowska o Marie Curie. Han sido cinco películas las que se han grabado en honor a la polaca y a su legado en la ciencia y en la historia de la humanidad. El largometraje Madame Curie (1943) fue una realización de Mervyn LeRoy (director también de They Won't Forget, Blossoms in the Dust, Random Harvest y otras) en donde Greer Garson y Walter Pidgeon protagonizaron los personajes de Marie y Pierre Curie. Esta obra se basó «en la biografía de su madre que Ève Curie publicara en 1938, en la que describe, con encanto y admiración, el difícil sendero que tuvo que recorrer aquella maravillosa pareja para conseguir el triunfo de aportar a la tabla periódica, y a la ciencia, dos nuevos elementos de enorme significado: el polonio y el radio».¹¹
Es imprescindible agregar que Madame Curie fue nominada a ocho Premios Óscar, algunos de ellos por mejor película, mejor actor principal y mejor actriz principal. ¡Y un dato curioso!, la icónica Greta Garbo fue postulada a ser la protagonista de la película, aunque al ser rechazada se dice que hizo tal berrinche que terminó el contrato con su productora.¹² Entre otros hechos y detalles, Madame Curie relata cómo, a consecuencia de sus estudios, tanto a los compañeros como, por supuesto, a su marido, los descubrió en condiciones precarias y con poco presupuesto para el hallazgo del polonio. Al inscribir formalmente este metal, Marie y Pierre solicitan que se le nombre polonio, pues era «el nombre del país de uno de nosotros».¹³ Tiempo después, los Curie, en mejores condiciones de infraestructura y apoyos, también descubrieron el radio.
Entre el hallazgo de los metales, de la radioactividad y de un sinfín de hechos químicos, Marie fue siempre una científica muy humana, con los pies en la tierra. Una mujer que mientras colaboraba con 32 artículos científicos y se hacía madre, escribía, con enorme ternura y poesía, apenas una semana después de la publicación del descubrimiento del polonio: «Irene —su hija mayor— hace adiós con la mano […] Camina ya a cuatro patas. Dice gogli, gogli, go […] pasa todo el día en el jardín en una alfombra. Da vueltas, se levanta, se sienta».¹⁴
En 1903, Marie recibió el doctorado en Ciencias Físicas¹⁵ después de un breve examen público donde tres profesores vestidos de frac le dirigieron algunas preguntas y le plantearon algunos problemas. La declararon doctora con el grado «muy honorable». Meses después los Curie encontraron con gran alegría —y enorme gozo para la humanidad— los efectos del radio en la cura del cáncer, un mal que acechaba con fuerza —y que tristemente lo sigue haciendo—. Después de pruebas con sus propios cuerpos, Pierre y otro profesor amigo comprobaron que el radio produce pequeñas lesiones en la piel, laceraciones que en el marco de las células cancerígenas destruye a estas con comprobada eficacia. La radioterapia sigue siendo hoy un tratamiento sugerido en algunos tipos de cáncer.
Con la difusión de estas noticias, muchos laboratorios e industrias pusieron en marcha la búsqueda y extracción del radio, empero necesitaban el procedimiento de los Curie. Se abrieron dos caminos, se patentaba el proceso (y recibirían de por vida las regalías provenientes de los derechos de propiedad) o se liberaban los derechos permitiendo que todo el que lo deseara tuviera acceso a los procedimientos y los obtuviera sin pagos de por medio. Marie, sin titubear, se decidió por la segunda opción argumentando contra las regalías: «¡imposible! Eso sería contrario al espíritu científico».¹⁶
A la pantalla grande: Les Palmes
Una vez más las artes interesadas en la relación científica y romántica de los Curie pondrán en el escenario una obra de teatro, Les Palmes de M. Schutz, la cual, después, fue llevada a la pantalla grande en una producción francesa de 1997. En español la película adoptó el nombre de Los méritos de madame Curie. De esta los críticos sugirieron: «[…] mostrando un estilo natural, donde los retratados son personas reales y humanos con su idiosincrasia, y está perfectamente descrita su lucha y el gran logro final de los Curie. La ambientación es excelente y no evita los detalles científicos más importantes pensando que el público no los va a entender, sino que explica lo más fundamental de manera concisa y clara, siempre al hilo de la acción».¹⁷
En simultaneidad a las decisiones sobre propiedad intelectual que debían tomar los Curie, recibieron el primer Nobel; con él, un aluvión de entrevistas, solicitudes de conferencias, una fama que les costaría mucha privacidad y paz. A esto se sumaría una escalada en las molestias de reumatismo de Pierre,¹⁸ que les dejó cada vez más encerrados en casa y con poca energía. ¿Alegrías? El nacimiento de su segunda hija, Eva, quien fue recibida con ternura y amor en un entorno familiar marcado por el contexto francés, pero con un intenso deseo de conservar las raíces polacas, razón por la cual Marie se concentró en que si las niñas necesitaban institutriz, esta fuera de su misma nacionalidad y que, además, en las vacaciones se descansara en el terruño materno.
En 1906 una tragedia ensombreció la vida de los Curie. Pierre falleció después de un terrible accidente en la calle víctima del atropellamiento¹⁹ de un camión con cargamento militar. Marie se volvió sombría y triste mientras que sus hijas, en el pío tránsito de la inocencia de la infancia, entendieron poco la ausencia definitiva de su padre. La Universidad de la Sorbona ofreció el curso que impartía Pierre y su cargo en el Laboratorio de Física a Marie, quien aceptó convirtiéndose así en la primera profesora de la historia académica superior francesa. Se abrió con esto la oportunidad para que, en los próximos 31 años, entre 1906 y 1937, la Universidad contratara a 45 mujeres para el cargo de catedráticas.
Con el fallecimiento de Pierre, el frágil estado emocional de Marie y la infancia de Irene y Eva, la historia de la científica dio un giro extraordinario. Esta transformación fue representada en el largometraje Marie Curie, producción alemana de 2016 donde la directora francesa Marie Noëlle dirigió una película que se aleja del perfil meramente científico de Marie Curie para dramatizar el escándalo que supuso su relación con Paul Langevin. La sinopsis relata que:
al poco tiempo de que el matrimonio formado por Marie Curie y Pierre Curie obtuviera el Nobel de Física, Pierre muere en un trágico accidente. Sola con dos niños, la treintañera Marie se aferra a sus estudios científicos en un mundo dominado por los hombres, convirtiéndose en la primera mujer en recibir una cátedra en la Universidad Sorbona de París. Cuando se enamora de Paul, un científico casado, e inicia una aventura con él, la mujer de este, celosa, hace pública su relación, al mismo tiempo que se anuncia su Premio Nobel de Química. En lugar de disfrutar de la fama que se ha ganado por su portentoso trabajo de investigación, Marie se ve difamada por cometer adulterio.²⁰
De este capítulo de la vida de Curie, su hija Eva, en la biografía escrita en honor a su madre, acotará que:
una brusca racha de maldad cae sobre María e intenta destruirla. Una pérfida campaña se desencadena, en París, contra esta mujer de cuarenta y cuatro años, frágil, doliente, consumida por una labor imponente, sola y sin defensa. María, que ejerce una profesión de hombre, ha escogido entre los hombres sus amigos y sus confidentes. Este ser excepcional tiene sobre sus íntimos [sic], sobre uno de ellos especialmente, una profunda influencia. Basta con esto. Una mujer dedicada al trabajo científico, cuya vida fue digna, reservada, y en los años inmediatos particularmente lastimosa, es acusada de perturbar la paz de los matrimonios y de deshonrar un nombre que lleva con demasiada pureza. No me pertenece juzgar a quienes dieron la señal del ataque, ni decir con qué desesperación y con qué trágica inhabilidad María se defendió. Dejemos en paz a los periodistas que tuvieron el coraje de insultar a una mujer acosada, asaeteada por anónimos, amenazada públicamente con violencias, y cuya vida misma estuvo en peligro. Algunos de aquellos individuos, años después, se acercaron a pedirle perdón, con palabras de arrepentimiento y lágrimas en los ojos. Pero el crimen se había cometido. María había sido conducida al borde del suicidio, de la locura, y sus fuerzas físicas la abandonaron cuando fue abatida por una gravísima enfermedad.²¹
A una mujer de ciencia, destrozada por la muerte de su marido, la posible relación con Langevin y la ola de rumores que se levantaron en París contra ella la llevaron a un pésimo estado de salud, reduciéndola a un lecho de enferma en el que no pudo hacerse cargo ni de su laboratorio ni de sus pequeñas hijas. Este estado duró siete largos años y la debilitó en todos los sentidos, tanto físico como emocional.
Pero para un espíritu brillante la enfermedad no podía ser eterna. En 1913 la salud de Marie mejoró tanto que retomó de nuevo su vida rutinaria y de extrema disciplina. Durante el verano se sentía tan bien que recorrió a pie el valle suizo de la Engadina. Sus hijas la acompañaron, con su institutriz, y el equipo de excursionistas se completó con la presencia del sabio Albert Einstein y su hija.²² Entre Curie y Einstein existía, desde hacía muchos años, una amistad, complicidad y compañerismo que seguramente solo se fragua entre genios, naturalmente y sin recelo, con mutua admiración. Se comunicaban en alemán o en francés y el tema recurrente fue la física teórica.
Meses después, recién recuperada, cayó sobre Europa el monstruo de la Primera Guerra Mundial. Marie sintió la responsabilidad de contribuir y encontró el sitio perfecto sirviendo como radióloga de la Cruz Roja utilizando los rayos X como método eficaz de diagnóstico y posible salvación de vidas ubicando los proyectiles incrustados en los cuerpos para su extracción directa. El alma noble que nunca quiso enriquecerse monetariamente con sus hallazgos científicos se llenó de satisfacciones con su aporte durante la Gran Guerra.
Superado 1919, año decisivo para la finalización de la Primera Guerra, Marie viajó a Estados Unidos de América. Allá recibió numerosos doctorados Honoris Causa. Rechazó, sin embargo, el que le ofreció la prestigiosa Universidad de Harvard por «haber hecho poco —ella— en los últimos años en la ciencia de la física» (en sus propias palabras).²³ De nuevo puso en evidencia su humildad.
Radioactive, el séptimo arte inmortaliza de nuevo a Curie
El séptimo arte continuó su fascinación por la vida de Marie Curie. En 2020 se estrenó la película Radioactive, título traducido al español como Madame Curie. Esta versión, basada en la novela homónima de Lauren Redniss, fue dirigida por la cineasta francoiraní Mariane Satrapi, producida por Amazon y protagonizada por Rosamund Pike.
El largometraje narra que, durante la Primera Guerra Mundial, Marie apoyó los esfuerzos sanitarios con el uso de las radiografías, como se apuntó párrafos atrás, pero la presenta en una escena junto a su hija Irene a bordo de una ambulancia, extremo que no puede ser confirmado y que podría ser una adaptación literaria del guion de la película para añadir dramatismo. Asimismo, Radioactive expone que los descubrimientos de Marie son utilizados por otros con fines destructivos, como las bombas atómicas, algo que, dentro de la ficción cinematográfica, le remuerde la conciencia. Tema sobre el cual su biografía autorizada, escrita por su hija Eva, no aborda.
Una tesis popularmente expuesta de Marie es el hecho de que el primer Premio Nobel de la pareja fue en un inicio concedido solamente a Pierre. Numerosos escritos mencionan esta versión. En Radioactive hay una escena donde Pierre viaja a Estocolmo en solitario, porque Marie acaba de dar a luz a su segunda hija, y cuando regresa, su esposa lo recibe enfurecida y lo acusa de haber robado su talento. Otras biografías indican que Pierre jamás fue a Estocolmo y se quedó con su mujer con quien compartía la cotidianidad doméstica y profesional. Algún relato más expone que Pierre amenazó al Comité destacando que si su esposa no era incluida, él no aceptaría el máximo galardón.
De Radioactive la crítica destacará que se trató de una «una película convencional, teñida de una épica superficial y sobre todo bastante insulsa sobre la descubridora [...] todo muy mascado en unos diálogos que parecen hechos para ilustrar un biopic digno de la Wikipedia».²⁴ A los 65 años Marie seguía una rutina de incansable trabajo. Ya era abuela, Irene le había dado el título y eso le ofrecía una pausa para disfrutar los pequeños pero grandes placeres de la vida, la inocencia infantil y el cariño inagotable de una niña. Cuando no estaba en un salón discutiendo con otros eruditos, estaba en su laboratorio personal refundida en un overol negro. Sus ayudantes, para ese entonces, fueron su hija Irene y su yerno, Federico. Desafortunadamente, el reumatismo la aquejaba con terribles dolores de espalda. Había estado a punto de quedarse ciega y sufría un zumbido en los oídos. Marie resintió una fiebre incontrolable. Los rayos X no diagnosticaron ningún daño en los órganos. La internaron en un sanatorio para atenderla mejor, mas el 4 de julio de 1934, la lúcida genio del radio encontró descanso. De su última morada, Eva escribirá: «Marie, en ese instante, es lo más hermoso y lo más noble de la tierra. Sus manos arrugadas, callosas, endurecidas, profundamente, quemadas por el radium, han perdido su tic familiar. Están alargadas sobre la sábana, terriblemente inmóviles. ¡Esas manos que trabajaron tanto!».²⁵
Así desapareció una leyenda de la cual su nombre y legado se recordarán por siglos. El arte, en sus múltiples expresiones literarias, cinematográficas, pictóricas, etcétera, se encargará de inmortalizarla, es lo mínimo que se le debe a una mente brillante como la de la gran Manya Sklodowska. Deuda que también deberemos honrar las mujeres que deseemos destacar la figura de las que nos han antecedido en el mundo. El primer acto de esta honra podría ser acercar a nuestras niñas a la versión infantil de La vida heroica de Marie Curie y descubrir a través de ilustraciones y palabras sencillas el sendero de valentía y rebeldía que supuso para una chica polaca del siglo XIX, en un país dividido y custodiado, destacar en la ciencia y volverse la primera en varios rubros, primera mujer en ganar el Nobel, primera persona en ganar un segundo Nobel y primeras madre e hija premios Nobel.
¹ Directora del Departamento de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Mesoamericana, sede Quetzaltenango. Catedrática, en la misma casa de estudios, de las licenciaturas en Ciencias de la Comunicación Social, Publicidad con Especialidad en Diseño Gráfico y Producción Audiovisual desde 2007 a la fecha. Maestra en Docencia Superior por la Universidad Mesoamericana. Maestra en Comunicación y Política por la Universidad Panamericana. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad Francisco Marroquín. Técnico en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad Francisco Marroquín.
² Frida (2024) de Carla Gutiérrez; Frida (2002) de Julie Tymor; The Crown (2016) de Peter Morgan; Amanece en Calcuta (2021) de José María Zavala; Evita (1996) de Alan Parker.
³ Judith Butler, «Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista», en Performing Feminisms: Feminist Critical Theory and Theatre, editado por Sue-Ellen Case, Johns Hopkins University Press, 1990, 270-282.
⁴ id.
⁵ Pablo Pérez Navarro, «Performatividad, género e identidad en la obra de Judith Butler» (tesis doctoral, Universidad de La Laguna, 2010). https://www.educacion.gob.es/teseo/imprimirFicheroTesis.do?idFichero=pfmE0UXo3uM%3D
⁶ Comunicación, «Mujeres y ciencia: ¿Cómo es su participación?», datalat.org
⁷ 1867 en Varsovia, Polonia - 1934 en Passy, Francia.
⁸ La radioactividad o radiactividad es una energía que emiten ciertos cuerpos, sea espontáneamente (radiactividad natural) o provocada por una intervención externa (radiactividad artificial). Esta radiactividad tiene numerosas aplicaciones, tales como determinar la edad de los minerales, investigación biológica, para tratamiento de enfermedades o técnicas de microanálisis.
⁹ Ève Curie, La vida heroica de Marie Curie, descubridora del radio (Espasa, [1973] 1995).
¹⁰ id.
¹¹ id.
¹² Filmafinnity, «Madame Curie», reseña de filmaffinity.com, https://www.filmaffinity.com/es/film374592.html
¹³ Curie, La vida heroica de Marie Curie.
¹⁴ id.
¹⁵ Open Culture, «Marie Curie’s Ph. D Thesis on Radioactivity. Which Made Her the First Woman in France to Receive a Doctoral Degree in Physics», opencultue.com, https://www.openculture.com/2022/06/marie-curies-ph-d-thesis-on-radioactivity.html
¹⁶ Curie, La vida heroica de Marie Curie.
¹⁷ Filmaffinity, «Los méritos de madame Curie», reseña de filmaffinity.com, https://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/405806.html
¹⁸ Curie, La vida heroica de Marie Curie.
¹⁹ American Institute of Physics (AIP), «Tragedy and Adjustment (1906-1910)», aip.org, https://history.aip.org/exhibits/curie/trag1.htm
²⁰ Marie Noëlle, dir. Marie Curie, el valor del conocimiento, en La Vanguardia, 100 min., 2016, https://www.lavanguardia.com/peliculas-series/peliculas/marie-curie-412204
²¹ Curie, La vida heroica de Marie Curie.
²² Margarita Rodríguez, «Albert Einstein y Marie Curie, la “sublime y perenne” amistad que unió a los dos gigantes de la ciencia», bbc.com, 4 de julio de 2021, https://www.bbc.com/mundo/noticias-57582073
²³ Curie, La vida heroica de Marie Curie.
²⁴ Elsa Fernández-Santos, «Vida de laboratorio», elpais.com, 3 de diciembre de 2020, https://elpais.com/cultura/2020-12-03/vida-de-laboratorio.html
²⁵ Curie, La vida heroica de Marie Curie.
Bibliografía
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Noëlle, Marie, dir. Marie Curie, el valor del conocimiento, 2016, P’Artisan Filmproduktion, Pokromski Studio, Glory Film, Climax Films, Schubert Music Publishing. En La Vanguardia, 95 min., https://www.lavanguardia.com/peliculas-series/peliculas/marie-curie-412204
Open Culture. «Marie Curie’s Ph. D Thesis on Radioactivity. Which Made Her the First Woman in France to Receive a Doctoral Degree in Physics». opencultue.com, 27 de junio de 2022, https://www.openculture.com/2022/06/marie-curies-ph-d-thesis-on-radioactivity.html
Pérez Navarro, Pablo. «Performatividad, género e identidad en la obra de Judith Butler». Manuscrito inédito de la Universidad de La Laguna, última modificación en 2010. Archivo en .pdf. https://www.educacion.gob.es/teseo/imprimirFicheroTesis.do?idFichero=pfmE0UXo3uM%3D
Rodríguez, Margarita. «Albert Einstein y Marie Curie, la “sublime y perenne” amistad que unió a los dos gigantes de la ciencia». bbc.com, 4 de julio de 2021, https://www.bbc.com/mundo/noticias-57582073


