Resumen
Este artículo presenta una investigación llevada a cabo en la Universidad Mesoamericana de Quetzaltenango, Guatemala, como parte de un trabajo doctoral en educación. El estudio se enfocó en la observación y análisis de las prácticas pedagógicas y los valores culturales guatemaltecos, contrastándolos con los de Costa Rica. Los resultados subrayan la relevancia del patrimonio cultural guatemalteco, el orgullo por sus tradiciones ancestrales y la conexión entre educación y cultura. Se concluye con la recomendación de reforzar los valores culturales en los sistemas educativos de ambos países, y se propone fomentar la cooperación interuniversitaria para promover un intercambio académico y cultural más enriquecedor y efectivo.
Palabras clave: educación transdisciplinaria, mediación pedagógica, teoría de la complejidad, cultura guatemalteca y quetzalteca, diversidad cultural mesoamericana
Abstract
This article presents research conducted at the Mesoamerican University of Quetzaltenango, Guatemala, as part of a doctoral study in education. The study focused on observing and analyzing Guatemalan pedagogical practices and cultural values, contrasting them with those of Costa Rica. The results highlight the importance of Guatemalan cultural heritage, the pride in its ancestral traditions, and the connection between education and culture. The conclusion recommends strengthening cultural values in the educational systems of both countries and proposes fostering inter-university cooperation to promote a more enriching and effective academic and cultural exchange.
Keywords: transdisciplinary education, pedagogical mediation, theory of complexity, Guatemalan and Quetzaltenango culture, Mesoamerican cultural diversity
En torno a los aportes. Despertar en Xela: una experiencia educativa transformadora
Este artículo se basa en una investigación realizada durante una pasantía en Quetzaltenango, Guatemala, como parte del trabajo final para optar al doctorado en Educación en la Universidad De La Salle de Costa Rica. En el título del artículo se emplea, de manera metafórica, el concepto de los «diez pilares», el cual hace referencia a la ciudad de Quetzaltenango, también conocida como Xela, cuyo nombre proviene del quiché xelajuj, que significa «entre los diez pilares» (o bien, xe lajuj noj). Este término evoca tanto la leyenda de diez guerreros que conquistaron la región como los diez macizos montañosos que la rodean, considerados los pilares naturales de la ciudad.
Este texto constituye una descripción teórica de los elementos centrales de la investigación, los cuales están relacionados con los ejes transversales de la Universidad De La Salle de Costa Rica. Además, se incluye una reflexión transdisciplinaria sobre el desarrollo educativo de la comunidad costarricense, destacando la pertenencia a una comunidad ecológica global de aprendizaje. Esta perspectiva se plantea como un proceso transformador, en el cual el autor explora diversas facetas del quehacer educativo, tanto en su práctica docente como en su vida personal.
La investigación se desarrolla en dos dimensiones. La primera tiene como objetivo observar las culturas de aprendizaje de otros países, comprendiendo su visión educativa en las comunidades locales, tanto en los procesos de enseñanza como en los de aprendizaje. La segunda dimensión se enfoca en construir un espacio de encuentro entre la visión educativa de la Universidad Mesoamericana de Guatemala, la cultura guatemalteca y los valores educativos de Costa Rica, favoreciendo el intercambio y la colaboración entre ambas naciones.
El propósito de esta investigación fue compartir con la Universidad Mesoamericana de Guatemala un enfoque de aprendizaje basado en la complejidad, utilizando la mediación pedagógica desde una perspectiva teórico-práctica. A largo plazo, se aspira a que las recomendaciones de este artículo puedan ser incorporadas en las prácticas educativas de Costa Rica, tomando como referencia elementos de la cultura mesoamericana y el enfoque cultural de Guatemala.
Horizontes de la investigación
Esta investigación se concibió como una breve experiencia de investigación-aprendizaje, en la que el enfoque principal no fue la comprobación de una hipótesis particular, sino el disfrute de la convivencia humana, la reflexión y el enriquecimiento personal. Como guía inicial, se plantearon los objetivos que se presentan a continuación, tomando en cuenta que, en virtud de la teoría de la complejidad, la realidad humana podría trazar otros caminos de mayor riqueza que los propuestos en este espacio.
Horizonte general
El objetivo general de esta pieza busca analizar las formas en que la cultura guatemalteca, como una expresión de la diversidad y la riqueza de Mesoamérica, se incorporó y se valoró en el currículo, las prácticas pedagógicas de la Universidad Mesoamericana y los valores educativos de Costa Rica.
Horizontes específicos
Examinar la presencia de los valores de la cultura guatemalteca en el quehacer académico de la Universidad Mesoamericana y en los valores educativos de Costa Rica mediante la visualización de las estrategias pedagógicas de dicha universidad y la comparativa empírica con los valores educativos costarricenses.
Evaluar cómo, en las prácticas pedagógicas de la Universidad Mesoamericana y en la educación en Costa Rica, se reflejan y fomentan los valores de la diversidad cultural mesoamericana, centrándose en la integración de elementos específicos de la cultura quetzalteca.
Identificar posibles desafíos y oportunidades en la incorporación de los valores de la cultura guatemalteca en el ámbito académico, y dar recomendaciones concretas para fortalecer y mejorar la valoración de esta expresión tan diversa en los procesos educativos.
Trazando caminos
De acuerdo con el planteamiento de los objetivos, la ejecución de esta investigación se llevó a cabo en tres fases: primero, un proceso de observación; segundo, un conversatorio con docentes y alumnos de la Universidad; tercero, la realización de una serie de entrevistas a docentes y alumnos del mismo centro educativo.
Una mirada al contexto educativo
En coherencia con la visión holística y la complejidad propuesta en esta investigación, el proceso de observación se llevó a cabo a lo largo de toda la actividad, esto con el fin de valorar todos los aspectos de aprendizaje desarrollados durante la experiencia. Como es comprensible, el simple hecho de realizar el viaje a Guatemala representó una inmersión cultural y educativa significativa. El viaje no solo permitió la interacción con la Universidad Mesoamericana, sino que también brindó la oportunidad de explorar diversos entornos educativos y culturales del país, lo cual enriqueció notablemente el proceso de observación. Además, al establecerse objetivos claros con este propósito y contar con una institución educativa que ya disponía de un historial consolidado y una malla curricular definida, se logró un aprendizaje más profundo sobre las prácticas pedagógicas y los valores de la cultura guatemalteca.
Este proceso de observación se documentó inicialmente con anotaciones que el investigador registró en una bitácora, las cuales fueron recolectadas a través de grabaciones de voz o anotaciones específicas en documentos digitales, que luego se transcribieron y agregaron al informe final. La observación se realizó no solo en la Universidad Mesoamericana, sino también en diversos contextos educativos y culturales de Guatemala, lo que amplió considerablemente la perspectiva de los datos recopilados.
Por lo tanto, fue una actividad transversal ejecutada desde el planeamiento de la investigación, que incluyó desde las conversaciones realizadas con las personas de la institución y del país, hasta las anotaciones específicas realizadas en los sitios seleccionados para la observación.
Encuentros de reflexión
Durante el desarrollo de la investigación, se llevó a cabo un conversatorio no estructurado con estudiantes, profesores y autoridades de la Universidad Mesoamericana. Este conversatorio no tenía una agenda fija ni un formato rígido, lo que permitió que la conversación fluyera de manera orgánica y espontánea, reflejando la parte más humana de la investigación y propiciando un espacio de diálogo abierto en el que los participantes pudieran compartir sus experiencias, perspectivas y reflexiones sobre la relación entre la cultura guatemalteca y los procesos educativos que se desarrollan en la universidad. En lugar de limitarse a preguntas cerradas o específicas, se invitó a cada persona a contribuir libremente, abordando tanto sus percepciones sobre la importancia de los valores culturales en la educación como sus vivencias personales dentro del contexto académico.
A lo largo del conversatorio, se exploraron temas como la identidad cultural, la integración de la diversidad mesoamericana en la enseñanza y cómo los valores de la cultura guatemalteca se reflejan en las prácticas pedagógicas. Los participantes compartieron relatos personales y profesionales que permitieron enriquecer el análisis y que, además, proporcionaron una visión profunda acerca de cómo la educación puede ser un medio para promover la valoración de la diversidad cultural.
Este tipo de diálogo no estructurado también permitió visibilizar las emociones y pasiones que los participantes sienten hacia su patrimonio cultural y cómo esa conexión se traduce en su trabajo educativo. Las intervenciones fueron fluidas y se mantuvo un ambiente de respeto y apertura, lo que facilitó una exploración más sincera y reflexiva de los temas tratados.
Diálogos
Mediante una muestra por conveniencia, se seleccionaron algunos de los profesores y estudiantes de la Universidad para entrevistarlos, esto con el fin de recabar la información requerida para esta investigación. Las entrevistas se realizaron en forma de una conversación casual con cada una de las personas entrevistadas, y se calculó que cada participante dedicaría aproximadamente una hora a la actividad.
Visita a lugares emblemáticos de la cultura guatemalteca-quetzalteca
Al ser esta la primera vez que el investigador visitaba Guatemala, resultaba fundamental incluir en la propuesta oportunidades para conocer los lugares emblemáticos de la cultura guatemalteca, especialmente de la ciudad de Quetzaltenango. Por esta razón, la propuesta tuvo como objetivo ofrecer espacios que permitieran observar diversos sitios culturales y representativos de la ciudad de acogida, además de incluir referencias a lugares destacados de Guatemala en su conjunto.
Durante el desarrollo de la investigación, se pretendía que las personas de la Universidad de acogida, así como los habitantes de los pueblos cercanos, junto con otras investigaciones personales realizadas en el lugar, proporcionaran información sobre lugares emblemáticos y representativos de la cultura y educación guatemalteca, y, en particular, de la cultura quetzalteca. De esta manera, se buscaba contar con referencias adecuadas para realizar las observaciones pertinentes.
Este enfoque se puede considerar como una observación similar a la fenomenológica, dado que no se contaba con una guía preestablecida, sino que esta se iba generando y construyendo conforme se daban las oportunidades y observaciones durante el proceso. Entre los lugares que se deseaba visitar figuraban instituciones educativas, teatros, museos, parques e iglesias que, de alguna manera, destacaran la riqueza cultural y educativa de Guatemala. Entre los lugares considerados imperdibles se mencionaban la ciudad de Antigua Guatemala y las ruinas mayas de Tikal. La idea central consistía en adoptar un enfoque flexible, concebido como un libro abierto con páginas en blanco, que se irían escribiendo gradualmente a medida que las experiencias fueran desarrollándose.
Los datos recabados: una experiencia de observar, sentir y compartir. La experiencia de aprendizaje en Xelajú
Primeras impresiones
Las primeras impresiones en Guatemala revelaron una profunda conexión con la cultura mesoamericana. Uno de los rasgos más distintivos fue el arte indígena, especialmente reflejado en los trajes y tejidos tradicionales. Por todas partes, se observaban prendas confeccionadas con tejidos coloridos hechos a mano, lo que resaltaba el valor artesanal de estas creaciones. La imagen de las pirámides mayas es omnipresente, y evoca un fuerte sentido de pertenencia hacia esta herencia cultural. Este sentimiento de orgullo se manifiesta en varios rincones de las ciudades visitadas, donde la identidad maya y mesoamericana está muy presente en las decoraciones y símbolos cotidianos.
En las conversaciones con locales, se destacó la importancia de la educación como un pilar fundamental para el desarrollo del país, especialmente entre los jóvenes. El aprecio por la cultura y la educación, vinculado al arte y las tradiciones mayas, es evidente en las ciudades, donde la historia antigua y la modernidad coexisten en un contexto de orgullo cultural.
El viaje a Xela
Uno de los momentos clave de este viaje fue el trayecto aéreo realizado desde Ciudad de Guatemala hasta Quetzaltenango. La experiencia resulta impactante al ver que esta ciudad, de tamaño comparable al de la capital, está rodeada por kilómetros de selva virgen, aunque al acercarse al área urbana se perciben vastas regiones desérticas, con parcelas de tierra seca que contrastan con la vegetación selvática.
Otro aspecto notable fue la presencia de mujeres, tanto jóvenes como adultas, quienes vestían trajes tradicionales y lucían tejidos indígenas o similares, una muestra palpable de la rica herencia cultural de la región, combinada con la modernidad de la ciudad. Un elemento distintivo de la cultura guatemalteca es la enseñanza, no solo de idiomas como el español, inglés o francés, sino también de las lenguas autóctonas, con 22 regiones diferentes que conservan sus dialectos propios. En esta zona, el quiché es el idioma predominante.
La educación en la Universidad
Las observaciones descritas a continuación fueron realizadas en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Mesoamericana, contexto relevante para el investigador, quien es profesor de matemáticas con formación en ciencias de la educación. Se exploraron, además, las estrategias de la Universidad para promover la equidad y afrontar presiones externas que impactan el ambiente académico. Como parte del proceso de integración, se observó el desarrollo de las lecciones para comprender el enfoque educativo en contextos diferentes al costarricense.
A lo largo de la experiencia, se realizaron varias observaciones en clases de matemáticas y física. Contrario a lo que podría imaginarse sobre las clases de ciencias exactas, donde tradicionalmente se percibe a los profesores como estrictos y rigurosos, en las clases observadas los docentes mostraron una actitud cercana y amena hacia los estudiantes. Se percibió un amplio sentido de empatía por parte de los profesores, sin que esto afectara el dominio teórico de las materias que impartían.
Primera mirada al aula
Una de las clases observadas fue Física 2, impartida por la profesora María Reneé Martínez. En esta sesión, la docente realizó un diagnóstico de los conocimientos previos necesarios para abordar el nuevo curso. La clase estaba compuesta mayoritariamente por hombres, aunque las pocas mujeres presentes mostraron una motivación y dominio del contenido superior al de muchos de sus compañeros varones.
La profesora Martínez se mostró empática y cercana con sus estudiantes. Conocía los nombres de muchos de ellos y se dirigía a todos de forma amigable y confiada. Su trato fue amable, sin buscar intimidar ni imponer autoridad de manera agresiva. En cuanto a los contenidos abordados, la clase resultó similar a las de cursos equivalentes en Costa Rica. Se repasaron conceptos como la Tercera Ley de Newton, velocidad, movimiento, fuerza, despeje de ecuaciones y la aplicación de distintas fórmulas de física. La actitud del grupo fue positiva, aunque en algunos momentos surgieron señales de indisciplina; sin embargo, los mismos estudiantes se autorregulaban rápidamente, sin necesidad de que la profesora tuviera que imponer disciplina estricta, lo que evidenció un ambiente de respeto y atención.
Un aspecto destacable de la metodología de la profesora Martínez es que primero explicó los conceptos y luego introdujo las fórmulas necesarias, esto permitió a sus alumnos explorar soluciones antes de encasillarlas en modelos matemáticos específicos. Esto se llevó a cabo mediante la dinámica de lluvia de ideas, lo que promovió la participación de los estudiantes. Cabe mencionar que las calculadoras utilizadas en esta clase son las mismas que se utilizan en Costa Rica.
La interacción de la profesora con su entorno educativo fue excelente. Propuso actividades que involucraban a todos sus alumnos, revisaba los trabajos con una actitud accesible y cercana, sin necesidad de ejercer una autoridad rígida. Esto demuestra tanto su dominio de las capacidades cognitivas del alumnado como su habilidad para brindar un acompañamiento pedagógico eficaz, lo cual facilitó un entorno de aprendizaje colaborativo.
En resumen, el aula se convirtió en un espacio de acompañamiento constructivo. La profesora planteó actividades que los jóvenes debían resolver, intervino como guía y ofreció retroalimentación constante. Su enfoque no solo incluyó una evaluación continua del proceso de aprendizaje, sino también un gran sentido de apoyo pedagógico, lo que hizo que la experiencia fuera enriquecedora para los estudiantes.
Segunda mirada al aula
Esta clase, particularmente interesante, fue impartida por el profesor Walter Quivijix Jocol. La materia era Matemática 3. La dinámica fue coloquial, con una amplia explicación por parte del profesor sobre cómo debe abordarse el estudio de la matemática. El docente enfatizó la importancia de aplicar la lógica matemática en todos los ámbitos de nuestras vidas y destacó que casi todo lo que hacemos puede ser matematizado; además, subrayó que la resolución de problemas es fundamental para una buena formación, y lo presentó como una invitación a ser profesionales exitosos.
El diagnóstico inicial de la clase fue inusual y llamativo. A diferencia de la mayoría de las clases de matemática, el profesor implementó una actividad que podría describirse como un descanso activo. Consistió en pedir al alumnado que se levantaran, cerraran los ojos y señalaran con su mano derecha hacia el sur. Al abrir los ojos, se dieron cuenta de que todos señalaban en direcciones distintas, a pesar de que creían saber dónde estaba el sur.
Esta actividad demostró que, aunque los estudiantes tenían conceptos matemáticos como la ubicación geométrica y espacial bien definidos, a veces, ante una misma pregunta, pueden surgir respuestas diferentes, todas correctas según el marco de referencia y la perspectiva de cada persona, un claro ejemplo de la complejidad cognitiva. Parafraseando a George Polya,² esto sugiere que el proceso de resolución de problemas no sigue un único camino, sino que puede abordarse desde diversas perspectivas y está relacionado con la idea de que existen respuestas correctas, aunque diferentes entre sí.
El profesor Quivijix utiliza una dinámica muy activa y conversa de manera franca y amistosa con sus estudiantes. Constantemente recurre a metáforas e historias personales, lo que facilita un aprendizaje distinto al de las clases tradicionales en Costa Rica. Este enfoque hizo que la clase fuera más cercana y accesible para sus alumnos. Un detalle llamativo fue que casi ningún estudiante hizo uso de su celular durante la lección. Sería interesante investigar si esto se debe al alto nivel de respeto y empatía que sienten por el profesor o a una regla institucional que prohíbe el uso de dispositivos móviles en clase.
En general, se puede decir que la clase se diferenció por la presencia de un docente apasionado por su profesión y por la matemática. Un aspecto notable de su perfil es su ascendencia indígena quiché, fuente de un profundo orgullo personal. A lo largo de su carrera, ha mantenido un compromiso constante con su desarrollo profesional y asegura reconocer la importancia de seguir perfeccionándose tanto en su rol como ingeniero como en su labor docente.
Visualizar la educación desde una perspectiva cultural
La ciudad de Quetzaltenango, en Guatemala, se distingue por su profundo arraigo a la cultura maya, lo que la convierte en un punto de referencia cultural para el país. Como dice Moisés Rodas:³ «Quetzaltenango es una ciudad muy importante en la región maya». Muchos de sus habitantes consideran a Quetzaltenango como la cuna de la cultura guatemalteca, lo que les infunde un orgullo que va más allá de sentirse simplemente guatemaltecos. Este orgullo particular hace que personas de la capital opten por mudarse a este lugar, atraídas por la percepción de una vida pacífica y solidaria que caracteriza a Xela.
El nombre autóctono de Quetzaltenango es Xela. Aunque «Quetzaltenango» fue impuesto por los conquistadores españoles y significa, etimológicamente, «tierra de los quetzales» (su sufijo, «tenango», equivale a «tierra de»). Xela es el nombre más querido y utilizado por los habitantes. Este nombre proviene, como se apuntó páginas atrás, del quiché que significa «bajo los diez pilares».
Existen diversas interpretaciones sobre el origen del nombre Xelajú. Una leyenda local señala que, hace muchos años, un líder indígena logró conquistar la región con la ayuda de sus diez guerreros más valientes durante una batalla épica. Otra interpretación sugiere que el nombre se debe a que la ciudad está rodeada por diez montañas, cerros y volcanes, los cuales simbolizan los pilares que sostienen la región. El diez tiene, en definitiva, un valor simbólico profundo en la ciudad y se encuentra presente en numerosos aspectos de la cultura local no solo como una referencia matemática, sino como un emblema de identidad y orgullo cultural que resuena en todo Xela.
Experiencias culturales y sociales
Al abordar la educación como un fenómeno social y cultural, la inmersión en las experiencias culturales de la ciudad de acogida fue un elemento crucial para fomentar un aprendizaje integral. Cada una de las visitas a distintos lugares no se limitó a la observación pasiva, sino que tuvo una intención clara de interpretar la cultura local y analizar cómo esta influye en los valores y en la educación de la comunidad. Este proceso también permitió reflexionar y comparar estas vivencias con los valores y experiencias adquiridos como educador en Costa Rica.
A pesar de que Quetzaltenango es una ciudad grande, rica en espacios de aprendizaje y con un vasto panorama de interacción social y cultural, el tiempo disponible para la visita fue limitado. Por esta razón, se seleccionaron y exploraron los sitios más significativos. A continuación, se describen algunos de estos encuentros como parte del proceso de recopilación empírica de datos.
El tranvía de Los Altos
Una de las experiencias más interesantes en Quetzaltenango es el recorrido en el Tranvía de Los Altos, que ofrece una panorámica de los lugares más emblemáticos de la ciudad, acompañada de relatos históricos. Una de las historias más singulares de la ciudad es que, por un día, fue un país independiente, pero rápidamente fue invadida por el gobierno guatemalteco y arrestó a los líderes del movimiento separatista. La ciudad incluso tuvo su propio banco y moneda, y, además del himno nacional de Guatemala, posee un himno local Luna de Quetzaltenango, una pieza que, aunque podría parecer una balada romántica, es considerada un segundo himno para los habitantes de la ciudad. Esta melodía, basada en un romance de desamor, se interpreta en diferentes versiones y ritmos según la celebración.
Durante el recorrido sobresalen varios edificios emblemáticos, entre ellos el Parque Centroamérica, zona conocida como la «Europa guatemalteca» por su arquitectura barroca y victoriana. En la zona se encuentran el Museo de Historia Natural, el Palacio Municipal, la Biblioteca Regional y el Banco Regional de Occidente. Además, en el centro del parque se erige una estructura conocida como el «kiosco», que en realidad está formada por diez columnas que representan los diez guerreros que conquistaron la región y los diez cerros más importantes que rodean la ciudad. Esta edificación es un símbolo cultural de la ciudad.
El Teatro Municipal es otro de los puntos destacados del recorrido, comparado con el Teatro Nacional de Costa Rica por su tamaño, características arquitectónicas y por su importancia cultural en la región. Igual que en Costa Rica, el Teatro Municipal destaca a nivel local por su valor histórico y por ser un punto central para la vida artística y cultural de la comunidad. Ambos teatros comparten una función vital en la preservación y promoción de las artes escénicas, aunque cada uno lo hace en su propio contexto, reflejando las tradiciones y el desarrollo de sus respectivas localidades. Este teatro es uno de los centros culturales más importantes de Quetzaltenango y alberga eventos de gran relevancia, como concursos de belleza y festivales culturales a nivel regional.
El recorrido concluye con una visita a la chocolatería local, donde el chocolate se elabora de manera artesanal. Aunque el chocolate no se produce directamente en la ciudad, Quetzaltenango es famosa por su chocolate puro, que se considera uno de los mejores de Guatemala. A diferencia del chocolate que se consume en Costa Rica, este no lleva azúcar ni leche, por lo que preserva su sabor amargo y concentrado. En la cultura quetzalteca, el chocolate tiene un valor especial y se regala a los visitantes como parte de una tradición de hospitalidad. Las personas suelen llevar pan en una canasta envuelta en pañuelos de tejidos indígenas, mientras que la familia anfitriona obsequia chocolate puro al final de una comida o celebración, un gesto que refuerza la identidad cultural de la región.
El museo, el teatro, la catedral
Como se mencionó anteriormente, esta ciudad cuenta con una gran cantidad de edificios emblemáticos. Entre ellos se encuentran el Palacio Municipal, el Museo de Historia Natural, el Teatro Municipal y la Catedral, todos ellos representantes de la riqueza arquitectónica e histórica de Quetzaltenango. En cuanto al Museo de Historia Natural, cabe destacar su similitud con otros museos conocidos en Costa Rica. Cuenta con diversas salas de exhibición donde los materiales se agrupan por temáticas, entre ellas la moneda nacional, el arte precolombino, los artefactos de historia posmoderna, la historia de la ciudad de Quetzaltenango y una sección dedicada a la arqueología maya.
Lo más destacado de esta edificación es su historia. El edificio que hoy alberga el Museo de Historia Natural fue, en el pasado, la cárcel de Quetzaltenango, un lugar que infundía gran temor entre los habitantes. A lo largo del tiempo, albergó tanto a criminales como a prisioneros políticos, dependiendo de los distintos gobiernos nacionales o municipales. Se decía que quienes ingresaban en esta prisión difícilmente salían con vida, pues los reclusos eran sometidos a torturas para obtener confesiones y aquellos que sobrevivían eran confinados en condiciones tan extremas que, debido a sus heridas, eventualmente morían.
Asimismo, la historia de la Catedral de Quetzaltenango refleja dos aspectos importantes de la localidad. Por un lado, muestra la simbiosis entre la cultura maya y la religión católica, que prevaleció en la región durante mucho tiempo. Por otro lado, resalta el impacto positivo y el orgullo que genera en los habitantes el hecho de tener una catedral, un distintivo que realza la identidad de la ciudad. En la mayoría de los países, las catedrales se encuentran solo en las capitales, pero los quetzaltecos se sienten especialmente orgullosos de contar con una en su ciudad. Este sentimiento también está ligado a su pasado, cuando Quetzaltenango estuvo a punto de independizarse y convertirse en un país propio.
La familia como eje central de la cultura quetzalteca
Uno de los aspectos más notables de Quetzaltenango es la profunda importancia que los valores familiares tienen en la vida cotidiana de sus habitantes. Esta apreciación surge de las inesperadas invitaciones recibidas por parte de los profesores de la Universidad Mesoamericana, quienes no solo incluían a colegas en actividades sociales, sino que también les abrían las puertas de sus propios hogares. Resulta sorprendente cómo, a pesar de conocer a alguien recientemente, se le invita con gran cordialidad a compartir momentos con la familia. Estas invitaciones reflejan un nivel de hospitalidad que trasciende lo habitual, al brindar no solo un espacio en sus casas, sino también su amistad y calidez familiar al visitante.
En este sentido, puede afirmarse que en la cultura quetzalteca existe una forma de comportamiento caracterizada por la generosidad de compartir el espacio íntimo del hogar con un colega al que apenas conocen, invitándolo a disfrutar de sus alimentos, su cultura, sus valores y su amistad. Esta experiencia se vivió al menos en tres reuniones, en las cuales participaron numerosas personas del entorno educativo de la Universidad Mesoamericana. En cada una de ellas, el propósito no era exclusivamente conversar sobre asuntos académicos o laborales, sino también fortalecer lazos de amistad y familiaridad.
En una de estas reuniones, el decano de la Facultad asistió junto a su esposa; en otra, dos profesoras acudieron acompañadas por toda su familia; y en una tercera ocasión, un profesor nos recibió en su hogar para compartir un platillo tradicional de la cultura guatemalteca, especialmente de Quetzaltenango. Estas muestras de hospitalidad reflejan la arraigada cultura de amistad y cordialidad en la región, donde el valor de las relaciones personales va más allá de lo formal y se manifiesta en una acogida cálida y un genuino interés por hacer sentir a los visitantes bienvenidos y apreciados.
Los talleres realizados
La evolución del conocimiento y el acontecer humano son dinámicos, lo que evidencia que la humanidad está inmersa en una gran complejidad, tanto desde un punto de vista científico como epistemológico.Al llegar a la ciudad de Quetzaltenango, el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Mesoamericana fue uno de los primeros en darle la bienvenida al investigador. Este recibimiento fue coordinado por la académica responsable de la sede de dicha universidad en Xela, con el objetivo de que el experto desarrollara su labor en un entorno vinculado a las ciencias exactas, representadas, en gran medida, por los cursos impartidos en las carreras de ingeniería. Esta colaboración le permitió al especialista integrarse rápidamente a un entorno académico afín a su área de conocimiento.
El plan estructurado en Costa Rica planteaba ciertamente la realización de algunos talleres y un conversatorio, pero enfocados, principalmente, en el área de educación, aunque se tenía previsto la ejecución de algún trabajo específico en matemática. En la primera entrevista con el decano, se ideó hacer dos talleres de matemática y un conversatorio sobre educación en el que estuvieran presentes el investigador de esta pasantía y un profesor de la Facultad de Ingeniería; sin embargo, luego se dio la posibilidad de que la profesora Marta Eugenia Monge Piedra, otra especialista en educación de Costa Rica, participara en dicha disertación.
En este contexto, la organización de los talleres de matemáticas por parte de las autoridades universitarias resultó relativamente fácil de coordinar. Empero, la planificación del conversatorio sobre educación, que requería la colaboración entre diversas facultades, presentó mayores desafíos debido a las dificultades logísticas y organizativas. Finalmente, el conversatorio fue suspendido.
Por lo tanto, únicamente se llevaron a cabo los dos talleres de matemática. El primero fue implementado para capacitar a profesores de matemática de educación secundaria en la ciudad de Quetzaltenango, todos de colegios afines y cercanos a la Universidad Mesoamericana; mientras que el segundo taller se enfocó en los estudiantes de ingeniería de la misma universidad, quienes cursaban el ciclo académico de Matemática 3 (equivalente a Cálculo Integral, que se imparte en Costa Rica).
El taller consistió en la elaboración de una experiencia didáctica, en la cual los participantes pudieran hacer uso de herramientas tecnológicas para la visualización de gráficas matemáticas y la utilización de entornos computacionales, mediante los cuales se pudieran conseguir fórmulas matemáticas difíciles de obtener por los medios «manuales» usuales, para, posteriormente, aplicar tanto el análisis de gráficas como la obtención de las fórmulas requeridas en la solución de diversos problemas de índole cotidiano.
Para el taller con los profesores de educación secundaria, llegaron cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, todos con una amplia experiencia en la enseñanza de la matemática en sus respectivos colegios. A cada uno se le dio una guía de trabajo y, poco a poco, se fueron realizando los distintos pasos propuestos.
La primera parte consistió en el uso del programa virtual gratuito Desmos, tanto a través de computadoras y la web como mediante una aplicación específica en el celular. Esta etapa tuvo una duración aproximada de una hora para todos los participantes. La segunda parte del trabajo consistió en la elaboración de fórmulas matemáticas utilizando regresión lineal, cuadrática, exponencial y logarítmica. Estas técnicas de análisis estadístico, facilitadas y agilizadas mediante la herramienta Excel, permitieron no solo obtener los datos, sino también generar la gráfica aproximada de la nube de dispersión correspondiente. Además, se obtuvo la fórmula final como una aproximación precisa de los datos analizados.
Ese mismo taller, con la misma guía, también se impartió a los estudiantes universitarios. En esta ocasión, asistieron aproximadamente 25 estudiantes, tanto hombres como mujeres, todos pertenecientes a un grupo del profesor Walter Quivijix, el cual había sido previamente observado en una de sus clases de matemáticas. Amablemente, los estudiantes participaron en la actividad y rompieron con el protocolo de las clases previstas para dicho curso.
En el caso de los profesores de secundaria, se observó un gran dinamismo. A partir de una capacitación específica, los docentes aprovecharon considerablemente la información proporcionada, viéndola como una herramienta útil y de fácil acceso para compartir con sus estudiantes. No obstante, se destacó que, en muchos casos de su entorno educativo, en los colegios de secundaria no se dispone de acceso a internet para todos los estudiantes, lo que limita algunas de las aplicaciones tecnológicas en el aula.
Por otra parte, cuando se llevó a cabo el taller, los estudiantes, al provenir de un proceso continuo de matemáticas avanzadas, lograron desenvolverse con fluidez en su implementación, percibiéndolo incluso como una herramienta viable para aplicar en el curso que reciben con el profesor Walter. De hecho, este mismo profesor intervino en varias ocasiones para asistir a los estudiantes cuando requerían ayuda, ya que el número de participantes en el taller era considerablemente mayor que en la sesión con los docentes.
Ambos grupos, tanto docentes como estudiantes, aprovecharon la experiencia desde sus respectivas áreas de conocimiento, obteniendo beneficios tanto en su experticia como en su aplicación práctica a futuro. Asimismo, para el investigador, esto resultó particularmente llamativo, ya que permitió observar las diferentes reacciones que pueden surgir al trabajar con este tipo de herramientas en dos grupos de población distintos, no solo en cuanto a los conocimientos aplicados, sino también en relación con sus intereses futuros.
Mientras que los docentes poseen un conocimiento matemático altamente depurado y orientado a la enseñanza de estos contenidos para sus estudiantes de secundaria, los estudiantes de ingeniería también cuentan con una formación matemática sólida, pero enfocada en su carrera y en el tipo de cálculos que esta requiere.
El interés de los docentes en esta implementación se centra en su aplicación para la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas con sus estudiantes. En contraste, los estudiantes de ingeniería adoptan una perspectiva más pragmática, ya que consideran estas herramientas valiosas para su formación profesional y su ejercicio laboral futuro. A pesar de sus enfoques distintos, ambos grupos demostraron un alto nivel de interés y participación en el taller, lo que permite inferir que la actividad fue percibida como relevante y útil en sus respectivos ámbitos.
Pensar lo vivido, narrar lo aprendido
Si bien es cierto que se partió de una planificación inicial, el desarrollo de las actividades de la investigación generó diversas transformaciones tanto en los métodos de recolección de información como en los tipos de datos esperados. Aunque hubo dificultades, fue posible llevar a cabo las actividades planificadas. En primer lugar, se realizaron entrevistas tanto a docentes como a estudiantes de la Universidad; incluso así, debido a la dinámica de las actividades, estas solo pudieron aplicarse a los estudiantes chilenos que participaban en un encuentro cultural y académico en la Universidad Mesoamericana de Quetzaltenango. En segundo lugar, se mantuvo un diálogo con los profesores de la Facultad, lo que permitió intercambiar experiencias y perspectivas a pesar de las complicaciones organizativas entre las distintas facultades de la Universidad.
En paralelo, los talleres planeados se ejecutaron con total éxito, al igual que las diversas observaciones realizadas en los entornos educativos y culturales de la Universidad, así como en las ciudades de Quetzaltenango (Xela) y Guatemala, con especial énfasis en la ciudad de Antigua Guatemala. Este proceso permitió recopilar una serie de datos que, más que académicos, representaron un encuentro y un aprendizaje cultural. Todo ello se transformó en una obra en constante evolución, en la que se integraron diversos elementos de aprendizaje inesperados, probablemente más enriquecedores que los que se habrían obtenido mediante instrumentos de recolección de datos más rígidos o estructurados.
Quizás, en una experiencia de mayor duración, sería posible realizar una recolección de datos mediante un enfoque tradicional. Con todo, en este caso, el proceso estuvo más vinculado a los sentimientos y las experiencias extraordinarias que pueden surgir en un viaje corto, pero del cual se logró obtener el máximo beneficio. Muestra de ello es que, en cada una de las visitas a los distintos lugares emblemáticos de Quetzaltenango, la ciudad de Guatemala y Antigua Guatemala, se adquirieron aprendizajes significativos que, más que académicos, fueron vivenciales y emocionales. Aprender sobre los valores de la hospitalidad y la amistad de los guatemaltecos fue una experiencia extraordinaria. Sentirse acogido en un ambiente académico, familiar y amistoso se convirtió en un aspecto emblemático de esta investigación de corte cultural y humano.
Al regresar la mirada hacia los objetivos propuestos en esta investigación, lo primero que se debe destacar es que, tanto en la cultura guatemalteca como en la costarricense, existen valores humanos comunes. Independientemente del tipo de educación que se busque, el aprendizaje y el desarrollo de habilidades blandas y duras son esenciales para la formación continua de los estudiantes en ambos países. Esto incluye la participación de los docentes, no solo en su labor académica, sino también en su rol humano y formativo.
Parafraseando a Daniel Hernández-Jiménez,⁴ las interrelaciones entre los individuos se fundamentan en procesos de comunicación, y tanto los aspectos individuales como colectivos tienen como objetivo principal sostener y desarrollar la vida. En este sentido, las estrategias pedagógicas en Costa Rica y Guatemala, adoptadas por educadores con una visión humanística de la educación, buscan fortalecer la interacción humana y el desarrollo integral de los estudiantes sin restar importancia a la formación académica.
La diversidad cultural que se observa en Guatemala es ampliamente reconocida y, desde una reflexión de la experiencia docente del investigador, es mucho más amplia que la que se visualiza en Costa Rica. Hay un vasto gusto y satisfacción por las raíces mesoamericanas y mayas de la población guatemalteca y quetzalteca; de hecho, muchas de las tradiciones ancestrales de dichas culturas se mantienen actualmente y se practican abiertamente tanto en el entorno familiar y social demostrado en su quehacer.
Además de la participación de un gran número estudiantes (sobre todo mujeres) que visten orgullosamente sus atuendos tradicionales, no fue posible observar, en las prácticas pedagógicas desarrolladas en la Universidad Mesoamericana, un fomento específico o estructural hacia la cultura mesoamericana en sí misma, pero esta parece evidenciarse, de manera implícita, en el devenir cultural de cada una de las actividades que se desarrollan.
Una antigua y rica tradición educativa
Desde la perspectiva investigativa y reflexiva, se observa un profundo aprecio de los guatemaltecos por la historia de su país y su región, así como un gran respeto por su legado cultural maya y su historia colonial. Durante una visita a la ciudad de Antigua Guatemala, se constató que esta posee una gran diversidad de elementos históricos que no solo forman parte del patrimonio de Guatemala, sino que también están integrados en la cultura mesoamericana y centroamericana, de la cual los habitantes de la región son plenamente conscientes y se sienten orgullosos. Parafraseando a Juan Sebastián López,⁵ Antigua Guatemala destaca por su valioso legado cultural, reflejado en su arquitectura y su riqueza inmaterial, que sigue siendo un patrimonio vivo. La ciudad también resalta por su conexión con la educación, especialmente a través de la Universidad de San Carlos de Guatemala, una de las más antiguas y prestigiosas de la región.
En esa ciudad, caracterizada por una arquitectura colonial, se percibe un espíritu de orgullo centroamericano, sobre todo teniendo en cuenta que esta fue una ciudad que, en su momento, era la capital de toda la provincia de Centroamérica, que incluía también a Costa Rica. Como ciudad principal, Antigua Guatemala albergó varias de las autoridades más relevantes de su época, incluyendo la Universidad de San Carlos, la primera universidad de Centroamérica. Aunque su edificio actual se destina a otros fines, este sitio desempeñó un papel destacado en el ámbito académico de la Centroamérica colonial. Posiblemente, y esto fue algo que no se pudo constatar durante la investigación realizada, muchos costarricenses de esa época tuvieron su educación universitaria en dichas instalaciones, lo cual demuestra el alto impacto que dicha zona tuvo en la consecución de conocimientos académicos de calidad para toda la región.
Solo investigar el impacto que la educación centroamericana tuvo bajo la tutela de la Universidad de San Carlos es un tema para abordar ampliamente. A modo de hipótesis, para una posible y tentativa investigación de esta envergadura, se podría decir que la Universidad de San Carlos tuvo un alto impacto en la educación y las primeras letras y ciencias de Costa Rica durante sus inicios.
Un aspecto igualmente significativo fue observar la simbiosis entre dos elementos que, a primera vista, podrían parecer disímiles: por un lado, una gran parte de la población católica y cristiana, y, por otro, las culturas indígenas, particularmente la maya, que siguen prevaleciendo hasta el día de hoy. Según las conversaciones que se mantuvieron con diversas personas de la Universidad y la comunidad, en Guatemala, ambas religiones y cosmovisiones, la católica y las ancestrales mayas, coexisten de manera armoniosa sin que ninguna de ellas prevalezca sobre la otra ni cause conflictos difíciles de superar en el entorno cultural guatemalteco.
Desafíos en convergencia
Este equilibrio entre las religiones y las cosmovisiones católica y mayas puede reflejar una capacidad de integración y adaptación que también se manifiesta en otros aspectos de la sociedad guatemalteca, como el ámbito educativo. Al igual que las religiones y lo cosmovisionario, los sistemas educativos de Guatemala y Costa Rica enfrentan retos similares, como la necesidad de mejorar el acceso y la calidad del conocimiento sin perder de vista la importancia de la formación continua de los docentes, quienes juegan un papel crucial en la integración de estos aprendizajes en la vida cotidiana de los estudiantes.
De acuerdo con lo comentado y analizado hasta este punto, se podría afirmar que los retos de la educación costarricense y guatemalteca son similares. Estos no solo implican la generación de mayores y mejores conocimientos académicos para sus estudiantes, sino también la promoción de una formación humana e integral. En este contexto, como señalan Juan Carlos Sánchez y Yolanda Jiménez, dicho debate «ha hecho un llamado de atención a considerar la amplia experiencia de las culturas de muchos pueblos originarios, las cuales han sido negadas y descuidadas en su importancia para construir conocimiento y formas de vida altamente valiosas».⁶
Quizás un reto inesperado hacia la educación costarricense tiene que ver con el hecho de rescatar el valor de la cultura mesoamericana y centroamericana que, en muchos casos, son escasos en las mallas educativas del país. Como sugiere Ginette Avilés, «no es posible promover estrategias de desarrollo y de integración social fundadas sobre una distribución no equitativa del conocimiento».⁷
Tal vez esta situación sea más evidente en las comunidades indígenas costarricenses, donde el conocimiento de la lengua materna indígena se ha convertido en un requisito fundamental para muchos docentes que trabajan en estas zonas. Esta necesidad surge del riesgo de que, si estas lenguas no se practican desde la escolaridad temprana, puedan perderse con el tiempo, lo que afectaría el legado cultural de estas comunidades.
Al comparar lo observado entre la cultura guatemalteca y la costarricense, se identifica un reto importante para la educación en Costa Rica: el rescate y fortalecimiento del orgullo por los valores, la historia y las tradiciones ancestrales. Como señalan Aida Ramos, Roxana Auccahuallpa y Juan Carlos Erazo,⁸ el rescate de las tradiciones culturales es esencial en las instituciones educativas ya que promueve un aprendizaje integral y duradero.
En Guatemala se percibe un profundo respeto y valoración por sus raíces, lo cual podría ser un referente para impulsar la educación costarricense en cuanto a la preservación de su patrimonio cultural, logrando una mayor integración de estas tradiciones en la formación de las nuevas generaciones.
Llegando al final…
Aunque en un trabajo académico se podrían esperar conclusiones y recomendaciones típicas de una tesis de licenciatura o maestría, este trabajo presenta conclusiones que surgen desde el sentimiento, el pensamiento y la emoción, fruto de haber convivido con una comunidad especialmente acogedora. A pesar de que el tiempo de estadía en esta pasantía fue breve, resultó suficiente para reconocer que una parte fundamental de la cultura guatemalteca reside en el profundo orgullo por su patrimonio histórico y cultural, así como en la notable amabilidad hacia quienes llegan por primera vez a su entorno.
Si se hubiera de hacer alguna recomendación en este sentido, sería orientada hacia la necesidad de que la cultura costarricense logre un nivel similar de rescate de los valores intrínsecos de su tradición. La educación, independientemente del nivel en el que se intervenga, debería desempeñar un papel activo en la preservación y transmisión de esos valores, contribuyendo así al fortalecimiento de la identidad cultural en las nuevas generaciones.
Los valores y los principios que persiguen tanto la educación costarricense como la educación guatemalteca son similares. En ambos sistemas se aspira a que el estudiante adquiera conocimientos científicos y epistemológicos válidos, pero sin perder la parte humanística del valor educativo, ya que, como dice María Eliza Di Marco, «aquí el ser humano constituye un fin en sí mismo y no un mero instrumento de la economía global».⁹
La generación y creación de nuevos contenidos son pilares fundamentales en ambos sistemas educativos. No se pueden establecer diferencias significativas en cuanto a sus fuentes de inspiración; por el contrario, se percibe la existencia de un elemento catalizador que no solo une a las culturas guatemalteca y costarricense, sino que también impulsa la creación y manifestación educativa en toda Centroamérica.
Ciertamente, la cultura guatemalteca de antaño tuvo un papel fundamental en la creación cultural de Centroamérica. Un reto importante, y a modo de recomendación derivada de esta investigación, radica en la necesidad de propiciar, tanto en Costa Rica como en Guatemala, canales de comunicación más eficientes y fluidos que faciliten el intercambio cultural y académico.
Esto implica, por supuesto, promover una mayor colaboración entre las universidades de ambos países, facilitando intercambios tanto estudiantiles como docentes entre las distintas instituciones de Costa Rica y Guatemala. En particular, aprovechando esta oportunidad, sería importante fomentar espacios de cooperación y diálogo entre la Universidad De La Salle de Costa Rica y la Universidad Mesoamericana de Guatemala.
Ambas instituciones comparten un espíritu de servicio: una inspirada por la influencia de san Juan Bautista de La Salle y la otra por la de san Juan Bosco. Ambas son casas educativas que aspiran a la formación profesional y humana de toda su comunidad académica. Desde esta perspectiva, se podría invitar a las autoridades de ambas instituciones a establecer lazos de colaboración, de modo que estudiantes y docentes puedan enriquecerse con la cultura del otro país. Asimismo, sería posible organizar intercambios académicos o encuentros que fortalezcan la experiencia educativa y cultural.
Sin duda, todas las instituciones educativas tienen retos y metas por cumplir. Por lo visto, en esta investigación, la Universidad Mesoamericana tiene un camino muy bien trazado y un equipo docente y estudiantil que, en un ambiente de cordialidad y cooperación, encuentran en ese camino una oportunidad de crecimiento, de la cual Costa Rica y sus instituciones educativas podrían aprender.
¹ Es docente de matemática en la Universidad Técnica Nacional de Costa Rica y en el Liceo de Atenas del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica, licenciado en Enseñanza de la Matemática, licenciado en Pedagogía de la Matemática y Ph. D. en Educación, maestro en Entornos Virtuales de Aprendizaje.
² George Polya, Cómo plantar y resolver problemas (México: Editorial Trillas, 1989), 87.
³ Moisés Rodas, «Quetzaltenango, historia, cultura y naturaleza», Boletín Informativo Actualidad(2024): 4.
⁴ Daniel Hernández, «Educación: una visión desde las dimensiones del ser humano y la vida», en Acta Académica 57 (2015): 79-92.
⁵ J. López, «El patrimonio inmaterial de Canarias como bien cultural y alguno cotejos americanos (La Antigua Guatemala y Guadalajara México)», Revista de Historia Canaria (2020).
⁶ Juan Carlos Sánchez y Yolanda Jiménez, «Descolonizar las ciencias sociales: retos y posibilidades desde América Latina», Revista Internacional de Filosofía y Teoría Social, 27, n.o 98 (2022).
⁷ Ginette Avilés, «Retos y desafíos de la educación costarricense», Revista de las Sedes Regionales, XIII, n.o115 (2012).
⁸ Aida Ramos, Roxana Auccahualpa y Juan Carlos Erazo, «Rescate de tradiciones culturales mediante proyectos escolares en estudiantes de Educación Básica subnivel medio», Revista Arbitrada Interdisciplinaria Koinonia, VII, n.o1 (2022): 270-286.
⁹ María Eliza Di Marco, «El sentido de la educación desde lo humano: Apuntes a partir de Martha Nussbaum y Francisco Ruiz Sánchez», Revista Electrónica Educare, 24, n.o1 (2020): 1-18.
Bibliografía
Regionales, XIII (2012): 105-122.
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Polya, George. Cómo plantar y resolver problemas. Trillas, 1989.
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Sánchez-Antonio, J., y Jiménez, Y. «Descolonizar las ciencias sociales: retos y posibilidades desde América Latina». En Revista Internacional de Filosofía y Teoría Social, 27 (2022): 1-5. https://doi.org/http://doi.org/10.5281/zenodo.6635013


