RESEÑA HISTÓRICA
Universidad Mesoamericana​
Luego de un cuarto de siglo, la historia de la Universidad Mesoamericana revela la manifestación concreta del espíritu de don Bosco en Guatemala, el carisma salesiano cuya vocación se nutre por y para la juventud, y la fe, una espiritual e íntimamente entrelazada por su afán en la búsqueda de la verdad, el diálogo y la construcción de conocimiento. Aunque los 25 años que ahora celebramos realmente tienen sus raíces en la mitad del siglo XX y la semilla de nuestra casa de estudios comenzó enarbolarse alrededor de 1957 en el Instituto Teológico Salesiano, en la zona 11 de la ciudad de Guatemala.
Este seminario, dirigido otrora por el Pbro. Dr. Ángel Roncero Marcos, sdb, nació como una institución con un cuerpo profesoral excelente y una biblioteca, que aun hoy, es referencia en materia teológica a nivel regional. Tras un par de décadas de maravilloso ejercicio pedagógico, el 26 de noviembre de 1971, el ingeniero Manuel Francisco Ayau Cordón, rector de la Universidad Francisco Marroquín, junto con el Pbro. Dr. Ángel Roncero Marcos, sdb, director de la Asociación Salesiana de Don Bosco, firmaron un convenio de cooperación para fomentar la investigación y la enseñanza. El Instituto Teológico Salesiano ofreció así sus instalaciones de zona 11 para el servicio académico.
Poco más de un lustro de después, a mediados de los años 70, la Asociación Salesiana de Don Bosco, junto con otros influjos positivos, estableció un programa de estudios humanísticos, elemento central en el desarrollo del espíritu humano capaz de incidir en la sociedad, el país y la región. Ya para 1978 había nacido la carrera de Filosofía, y durante la década de los años 80, la Asociación Salesiana de Don Bosco abrió departamentos, carreras, profesorados y técnicos; además, nació la primera Facultad. Todo bajo estatutos de altos estándares y rigor.
Como los sueños orientados hacia la utopía, infinitos e inacabables, este anhelo académico salesiano solo supo crecer. Las instalaciones del Instituto Teológico Salesiano de Don Bosco resultaron pequeñas para la causa, por lo que en 1986, en la zona 8 de la ciudad de Guatemala, la Universidad Francisco Marroquín construyó un campus para acoger a la Facultad de Humanidades con apoyo de la Asociación Salesiana de Don Bosco. En 1987 la nueva sede de zona 8 fue inaugurada y para 1988 el Consejo Directivo de aquellos años nombró al Pbro. Dr. Félix Serrano Ursúa, sdb, decano de Facultad y director de programas.
Con todo lo creado, el espíritu académico salesiano, de profunda inquietud y aguda imaginación, creció más. Para 1990, con la colaboración de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez, la Asociación Salesiana inauguraba otro edificio. Luego de 5 años, entre 1995 y 1996, la construcción del cuarto y quinto nivel del edificio académico, que demoraría apenas un año en concluirse, consagraba ya la forma de un campus cuyas instalaciones sugerían la intención perdurable de un proyecto académico sólido para el porvenir.
Así, a partir de 1996, consolidando experiencias, aprendizajes, desafíos y trayectorias reunidas, el proyecto de una nueva universidad emerge en el panorama de Centroamérica y Guatemala cuyo nombre, además, marcaba ya un vínculo profundo y un inteligente entendimiento de la región, su historia y su cultura: Mesoamericana.
Fue entre 1996 y finales de siglo que el primer Consejo Directivo, conformado por el Dr. Félix Serrano, sdb y rector, el Dr. Daniel Enrique Morales (vicerrector), la licenciada Claudia de Dighero (secretaria general), el licenciado Carlos Enrique Chian (Tesorero), el licenciado Luis Fernando Dubón, sdb, y vocal, la licenciada Zully de Dubón (vocal) y el licenciado Leonel Estrada Furlán (vocal), estableció los estatutos y reglamentos según los cuales estaría cimentada la Universidad Mesoamericana.
Finalmente, nace la Universidad Mesoamericana. El uno de octubre de 1999 el Consejo de Enseñanza Privada Superior de Guatemala aprobó el surgimiento de la Universidad. Menos de un mes después, el 22 de octubre de 1999, el Diario de Centro América lo oficializó en su publicación de ley. En los días finales del siglo XX la Universidad Mesoamericana ya figuraba en las conversaciones intelectuales, académicas y también entre las juventudes, quienes sabían reconocer en ella, gracias a la tradición forjada en los años precedentes por el Instituto Teológico Salesiano, a una institución de estudios superiores con inspiración cristiana e identidad salesiana.
Apenas fundada, la Universidad Mesoamericana construyó, en terrenos pertenecientes a la Parroquia Divina Providencia, de la Asociación Salesiana de Don Bosco, un amplio edificio de parqueos de cuatro niveles con capacidad para 216 vehículos. Además, gracias a la influencia, sugerencia y contribución logística de la Comuna Municipal, así como el deseo del Consejo Directivo de la Universidad, se construyó también la pasarela entre el edificio de parqueos y el edificio central de estudios, una obra de arquitectura particularmente distintiva del sector.
Pues bien, asentada parte imprescindible de la infraestructura del campus de zona 8, la vocación academicista e investigativa, así como la inclinación por contribuir efectivamente en la profesionalización de la ciudadanía guatemalteca, no se hizo esperar. La Universidad Mesoamericana, desde el año 2000 en adelante, ha sido leal a su ideario. Ratificó acuerdos, firmó convenios, escribió cartas de entendimiento, elaboró compromisos de cooperación, ideó alianzas estratégicas, lideró comisiones de postulación, y, claro está, desarrolló programas educativos especiales, abrió múltiples carreras, distintas maestrías e instituyó una de las colecciones editoriales sobre estudios mesoamericanos más importantes del mundo.
Asimismo, entre 1999 y principios del siglo XXI, de manera simultánea al nacimiento del campus central de la ciudad de Guatemala, la Universidad Mesoamericana erigió su sede en Quetzaltenango como fruto del convenio de cooperación que antaño, en 1971, estableciera la Universidad Francisco Marroquín con la Asociación Salesiana de Don Bosco. La Universidad con sede en Quetzaltenango, asentada en una de las ciudades más importantes e influyentes del occidente mesoamericano, abrió sus aulas con 14 carreras, una Facultad de Medicina y, poco más tarde, un departamento y una carrera de Odontología, áreas académicas de especial reconocimiento no solamente en la zona, sino en el país.
El fortalecimiento educativo y la expansión programática del ideario de la Universidad Mesoamericana en Guatemala fue fantástica durante su primera década, pero algo insoslayable hacía falta para afianzar su carisma como heredera de la vocación de san Juan Bosco y cimentar, así, las bases de su identidad. Por ello, en noviembre de 2011, desde Roma, don Pascual Chávez Villanueva, sdb, rector mayor de la Congregación Salesiana, aprobó la solicitud de la Universidad Mesoamericana para ser miembro de las Instituciones Salesianas de Educación Superior. Razón por la cual nuestra Universidad, de manera sinérgica, participa cooperativamente con universidades brasileñas, italianas, ecuatorianas, colombianas, centroamericanas y más. El espíritu salesiano, en definitiva, está en todo el mundo, pero su identidad es una y debemos ser guardianes de la misma.
En su oficio como institución de servicio a la comunidad como garante del conocimiento y procuradora del desarrollo científico, económico, social, profesional y cultural para el bienestar de la sociedad en la búsqueda dialógica de la verdad, y además, por supuesto, motivada por su raigambre católica y su conexión con la realidad del país, en octubre de 2014, el Consejo Directivo de la Universidad Mesoamericana estableció un convenio con Fundemi (la Fundación para el Desarrollo y Educación de la Mujer Indígena), con el objetivo de ofrecer el apoyo institucional salesiano al Proyecto Talita Kumi (en arameo: Niña, ¡levántate!), creado en pro de la mujer indígena q’eqchi’ y ubicado en San Pedro Carchá, Alta Verapaz. Otra región de excepcional importancia del país donde la positiva influencia de la Universidad Mesoamericana transformó y transforma el panorama intelectual, social y cultural.
Con el Centro de Estudios Salesianos Superiores, las sedes de Guatemala, Quetzaltenango y Alta Verapaz, cada una con su distinción y su carácter regional, estas casas salesianas constituyen insignias de la educación superior y son la demostración de que sin confianza y amor, como escribía don Bosco, no puede existir una educación verdadera. Asimismo, como indica la Comunidad Inspectorial del Divino Salvador: «promover la comunión fraterna entre las comunidades salesianas en la misión de don Bosco» es esencial.
Pero el sueño de don Bosco sigue consolidándose, y sus frutos son la materialización de esta misión encomendada por el fundador. Ya para 2020, en Morales, Izabal, la Universidad Mesoamericana inauguró su nueva sede para la región nororiental del país. Más cobertura, más extensión, más capacidad de apoyo, más institucionalización, y, con ello, mayor posibilidad de que el espíritu salesiano contribuya con la comunidad, con la sociedad, con el país.
Después del desafío planetario por la pandemia del COVID-19, lecciones aprendidas y obstáculos superados, la rectoría del padre Dr. Félix Serrano Ursúa, sdb, figura fundacional de la Universidad Mesoamericana, llegó a su término luego de construir un brillante legado de tres décadas entregadas a la educación. El sucesor a cargo de heredar el gran proyecto universitario para llevarlo ad astra fue el Pbro. Mgtr. Rómulo Gallegos Alvarado, sdb. Electo rector durante la Ceremonia de Toma de Posesión el 3 de noviembre de 2023, el padre Rómulo Gallegos, sdb, experto en educación, asumió el compromiso de la conducción de la Universidad Mesoamericana con la «firme intención de servir, unificar y transformar la institución en un faro de luz que difunda la verdad y fomente el desarrollo integral de la persona, con el deber de preservar la identidad salesiana y velar por la calidad académica».
Con un nuevo equipo, ideas fascinantes, considerables esfuerzos y un sólido espíritu pastoral, en menos de un año el rector Rómulo Gallegos ha establecido:
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Convenio académico internacional con la Diócesis Gracias de Dios de Honduras.
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Convenio de gestión de 80 becas con USAID para tres carreras.
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Serie de cambios infraestructurales de enorme envergadura para las sedes de Quetzaltenango y Guatemala.
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Reingeniería de los programas académicos de la Universidad, la conformación de un Instituto Salesiano de Educación en Línea.
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Transformación de la imagen institucional y numerosos proyectos en curso que, en definitiva, dan testimonio de un luminoso futuro para la Universidad Mesoamericana.