Vademécum Histórico Guatemalteco
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ARIAS DÁVILA, GÓMEZ

(1514-¿?): Conquistador en la Florida. Nació en Segovia (España). Era familiar de Pedrarias Dávila. Primero, estuvo en Cuba, bajo la protección de Isabel de Bobadilla (La Moza). Participó en las guerras que los reinos de Castilla y Aragón sostuvieron contra los moros. En una de ellas, en algún lugar de la Berbería (región costera de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, en el norte de África) (ilustración 1), Gómez fue hecho prisionero y esclavizado, circunstancias que aprovechó para aprender la algarabía, es decir, el árabe o lengua de sus captores. Gracias a ella, pudo escapar, sin que los guardias moros de la frontera sospechasen que era esclavo. Con su esposa Ana María de Castellón y Lara procrearon a Eufrasia y Juan. En 1561, en su Probanza de Méritos, señaló que llegó a Cuba en 1538 como parte de la comitiva de Isabel (Inés) de Bobadilla (La Moza). El 18 de mayo de 1539, cuando la Armada de Hernando de Soto partió de Cuba hacia la Florida, Gómez Arias Dávila fue uno de sus integrantes. Algunos meses después del desembarco, a mediados de octubre de 1539, Hernando de Soto ordenó a Gómez retornar a La Habana, entregar a Doña Isabel un cargamento de esclavos e informar a los vecinos de La Habana y Santiago de Cuba lo que hasta entonces había acaecido en la Florida. Para el otoño de 1540, Diego Maldonado y Gómez Arias Dávila viajaron hacia el Puerto Achusi, para encontrarse con el Gobernador Hernando de Soto. A pesar que por varios meses recorrieron toda esa costa, dejando señales y cartas metidas en los huecos de los árboles, el rigor del invierno los obligó a retornar a La Habana. También hicieron igual recorrido durante el verano de 1541 y 1542, con resultados semejantes. En la primavera de 1543, continuaron la búsqueda y, al no encontrar señal alguna, viajaron a mediados de octubre al puerto de Veracruz (México), donde se enteraron que Hernando de Soto había fallecido de fiebre tifoidea el 21 de mayo de 1542; que había sido arrojado al río Misisipi, metido en el tronco de un árbol ahuecado, al que le colocaron lastre; y que a México sólo retornaron alrededor de 300 soldados, comandados por Luis de Moscoso Alvarado. El 23 de diciembre de 1543 informaron a Doña Isabel (La Moza) lo que habían averiguado sobre los últimos días de su marido. Durante la subasta de los bienes de Doña Isabel, compró algunos objetos por 109 pesos y 6 tomines. Luego, en 1544, se dirigió a Nicaragua, para buscar la protección de María de Peñalosa, hija de Pedrarias Dávila. Allí compró un barco con el que navegaba entre el Puerto del Realejo y Panamá. Después del cruento enfrentamiento entre los partidarios de Rodrigo de Contreras y el Deán Pedro de Mendavia, éste fue hecho prisionero y enviado a España bajo el cuidado de Gómez Arias Dávila para que lo entregara al Arzobispo de Sevilla, García de Loaysa y Mendoza. Luego, inició un largo y tedioso proceso burocrático, en que reclamó el pago de 1,283 ducados por los gastos hechos en dar de comer al Deán durante la travesía. La realidad es que gran parte de lo alegado por Gómez Arias Dávila sobre los gastos realizados era mentira, pues en Nicaragua Pedro de los Ríos le entregó 1,200 castellanos de los bienes del Deán; mientras que María de Peñalosa, en León, le dio 600 castellanos y una carta para que Luis Sánchez Dalvo, en Nombre de Dios, le añadiera otros 600 castellanos. Se desconoce cómo, cuándo y por dónde Gómez Arias Dávila retornó a Nicaragua. A raíz de noticias difundidas por el Capitán Melchor Berdugo, Gómez Arias Dávila viajó a la villa de Gracias a Dios (Honduras), sede de la Audiencia de los Confines, donde pidió e suplicó a la dicha Real Audiencia lo dejase venir a estos reinos [Perú] en socorro del dicho Visorrey porque él quería venir a su costa y traer la gente que pudiese para el servicio de Su Majestad y del dicho Visorrey en su nombre. La Audiencia de los Confines aceptó la petición y le nombró Capitán para dicha empresa, razón por la que fue en persona a la Provincia de Guatemala y a la Ciudad de Santiago [de Guatemala] a pregonar la dicha su conducta de Capitán y se apregonó y empezó a hacer y recoger gente con su atambor y bandera, todo a su costa. Mientras Gómez Arias Dávila hacía los preparativos finales para embarcarse con la gente conseguida, el Licenciado Pedro Ramírez de Quiñones, Oidor de la Audiencia de los Confines, llegó a Nicaragua como Justicia Mayor, pero como se enteró que el Virrey Blasco Núñez Vela había muerto no dejó venir al dicho Capitán Gómez Arias, antes le mandó que deshiciese la gente, ni tocase atambor, ni sacase bandera.

El Sacerdote Pedro de la Gasca sustituyó al decapitado Blasco Núñez Vela. Entre las solicitudes de ayuda alimenticia y militar, escribió a Gómez Arias Dávila, y le pidió que, junto con el Capitán Gabriel de Pernia fuera a ayudarle. Sin embargo, la Audiencia de los Confines le ordenó que todo el socorro que había de enviarse no fuese a Panamá, sino a Puerto Viejo (Perú). Es más, cuando estaba cargando bastimentos en dicho puerto, llegó el Presidente Alonso de Maldonado y le indicó que la gente que llevaría fuera en nombre de su majestad y que de su real hacienda se pagarían los fletes al dicho navío, lo que Gómez Arias Dávila aceptó. Aunque en una Probanza de Méritos, Gómez Arias Dávila sostiene que todos los bastimentos que […] trajo en el dicho navío para socorro de la dicha real armada y gente de ella eran suyos propios comprados por sus propios dineros y como tales suyos, sólo en parte es verdad, pues el Oidor Ramírez de Quiñones llevó 12 de a caballo y 120 infantes. En la Punta de Manglares, Gómez Arias Dávila encontró la armada real y entregó los bastimentos al Licenciado Andrés de Cianca, Oidor de la Real Audiencia de Lima, y al Tesorero Juan Gómez Danaia, Proveedor de la dicha real armada. De ahí, prosiguió al Puerto de Manta en la Provincia de Puerto Viejo, donde se encontró con el Licenciado Pedro de la Gasca, quien, en carta de fecha 11 de agosto de 1547 al Secretario de Estado, Francisco de Cobos, el Licenciado Pedro de la Gasca le informó sobre el apoyo que Gómez Arias Dávila llevó desde Nicaragua. El 1 de septiembre de 1548, el Presidente Pedro de la Gasca, recompensó a Gómez Arias Dávila por los servicios que había prestado y por su fidelidad al Rey Carlos V durante la guerra contra Gonzalo Pizarro, otorgándole la encomienda de los Chupachos, en León de Huánuco, la que había sido de Martín de Alcántara.

En Tambo de Jauja, con ayuda de sus esclavos negros, hizo prisionero a Francisco Hernández Girón, y de allí lo condujo a Lima, donde fue decapitado por haberse alzado contra la aplicación de las Leyes Nuevas. En recompensa, el 21 de agosto de 1556, se concedió a Gómez Arias Dávila 2,000 pesos anuales por dos vidas de los tributos del Valle del Huallaga. Por esa misma captura, el Virrey y Segundo Marqués de Cañete, Don Andrés Hurtado de Mendoza, lo nombró Gobernador de la Provincia de Rupa Rupa, en la zona de Huánuco. Después de recorrer alrededor de 100 leguas sin resultado alguno, retornó a Huánuco, donde falleció el 30 de julio de 1562.

 

 

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