Vademécum Histórico Guatemalteco
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AGUILAR Y REBOLLEDO, JOSÉ DE

(1630-1698). Capitán, encomendero, Alcalde Ordinario (1663, 1668, 1679 y 1693), Corregidor de Totonicapán y Suchitepéquez (1670-?), Administrador del Convento de Santa Teresa (1677-?) y Mayordomo de la Archicofradía del Santísimo de la Catedral (AGCA, A111, leg. 5775, exp. 48514). Una de las personas más acaudaladas, prominentes e influyentes, en la ciudad de Santiago de Guatemala, durante los últimos 30 años del siglo XVII; y promotor, en 1668, de la fundación del convento de religiosas carmelitas descalzas en dicha ciudad. Nació en la Villa de Aguilar de Campo (Burgos, España). Hijo del Capitán Francisco de Aguilar y Rebolledo, y de Catalina de Soria. Se casó en Santiago de Guatemala, en 1659, con Juana de Azpeitia y Sierra, con quien no tuvo descendencia. Su casa estaba ubicada en la esquina opuesta al templo de Nuestra Señora de las Mercedes, en Santiago de Guatemala. En 1660, el Cabildo de dicha ciudad lo nombró su representante ante el Virrey de México, con facultades para gestionar la prórroga del convenio sobre el pago del Impuesto de Barlovento.* Como resultado exitoso para el Reino de Guatemala, logró la firma de un contrato, por 15 años más, con un pago de 4,000 pesos anuales. Entre 1664 y 1689 fue encomendero de los pueblos de Santa Ana Chimaltenango, San Sebastián El Tejar, San Pedro Aguatepeque y Santa María Malacatepeque (dos pueblos, estos últimos, situados en la ladera sur del Volcán de Fuego), Zacualpa Espíritu Santo (Quiché) y Santiago Zambo (Suchitepéquez). Desempeñó también los cargos siguientes: Procurador General (1661), Corregidor de Tecpán Atitlán (?-1667) y Procurador Síndico (1673). En 1667, el Presidente Sebastián Álvarez Alfonso Rosica de Caldas le nombró Visitador de los pueblos del Corregimiento del Valle de Guatemala; después le nombró Corregidor de Suchitepéquez. Se preocupó por el embellecimiento y ornato de Santiago Guatemala. El 8 de junio de 1668, como Alcalde Ordinario hizo sobre el Hermano Pedro la exposición siguiente a las autoridades edilicias: quien en su vida fue en esta ciudad el consuelo de ella por su mucho ejemplo, caridad y buenas obras, que en servicio de Dios hizo y sus penitencias tan grandes que con ellas y su buena vida, se vieron efectos de admiración y fue por ello venerado en esta república por todo género de personas eclesiásticas y seglares y todos en su entierro con general aclamación de hombre de vida ejemplar y penitente, le hicieron su entierro a que asistieron don Fray Payo de Rivera, arzobispo de México, siendo obispo de este Obispado, con los de su Cabildo Eclesiástico, los Señores de la Real Audiencia y todas las comunidades de los conventos de religiosos de esta ciudad porque habiendo tenido la dicha de haber muerto en ella un varón de tan esclarecidas virtudes, como se saben por el tratado que de su vida se ha escrito por su Confesor, el Maestro Manuel Lobo de la Compañía de Jesús, sería bien que esta ciudad por su parte haga diligencias en orden a que hagan informaciones de la vida de tan virtuoso varón y de los casos raros que en su vida le sucedieron que fueron indicios de su santidad, porque conste en todo tiempo, o para los efectos que convengan. La moción fue aceptada y para iniciar la recolección de información fueron comisionados los regidores José Agustín de Estrada, Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán y el mocionante. En 1679 se realizaron, a su costa, los trabajos de construcción de la fuente y Alameda de El Calvario. Ese mismo año, en unión de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, estuvieron a cargo de recolectar limosnas para la reedificación del Templo de Nuestra Señora de los Remedios (AGCA, A110, leg. 4046, exp. 312667). En 1685, durante un cabildo abierto, se opuso a nuevos impuestos, en especial sobre el añil. En 1686, las religiosas carmelitas descalzas lo nombraron patrón de su convento. Desde esa época, la iglesia de dicho convento ostentaba las armas de Aguilar y Rebolledo, sobre el arco de su entrada principal, el cual está parcialmente destruido. Cedió su casa para que funcionara el Seminario Tridentino de Nuestra Señora de la Asunción. En 1691 fue procesado por haber estado involucrado en los disturbios contra el Oidor Pedro Enríquez. Falleció en la ciudad de Guatemala, el 11 de julio de 1698. Conforme a la real cédula del 30 de diciembre de 1680, que otorgaba el privilegio a él y a sus descendientes, fue sepultado en el altar mayor del Templo de las carmelitas descalzas, del Convento de Santa Teresa, por haber ayudado a su construcción (AGCA, A123, leg. 1762, fol. 93).

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