Vademécum Histórico Guatemalteco
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ARANA CASTRO, FRANCISCO JAVIER

Francisco Javier Arana Castro

(1905-1949). Coronel de línea, miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno y Jefe de las Fuerzas Armadas. Nació en Villa Canales (Guatemala), el 3 de diciembre de 1905. Sus padres fueron Ángel María Arana y Margarita Castro. Estuvo casado con Dora Amalia Mancilla. Comenzó su carrera militar como soldado raso. Fue promovido a Subteniente de Infantería en el Fuerte de Matamoros, en 1932, y transferido al Batallón Guardia de Honor, en 1943, con el grado de Mayor. Durante la sublevación militar del 20 de octubre de 1944, siendo Comandante de la Unidad de Tanques, fue el encargado del alzamiento del Cuartel Guardia de Honor y de la captura de su Comandante. Entre 1944 y 1945, fue miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno y Secretario de Guerra. Además de participar en las principales decisiones de la Junta Revolucionaria de Gobierno, urgió a los otros dos triunviros, Jorge Toriello Garrido y Jacobo Arbenz, a posponer las elecciones presidenciales. Finalmente llegaron a un acuerdo, cuando le garantizaron la creación constitucional del cargo de Jefe de las Fuerzas Armadas, con mayores atribuciones que las del Ministro de la Defensa y se comprometieron a que el nuevo Gobierno lo nombraría para dicho puesto. En diciembre de 1945, la dirigencia arevalista, por medio del llamado Pacto del Barranco, se comprometió a postularlo como candidato a la presidencia, en las elecciones de 1950. En 1947 en una de las sesiones del Honorable Comité de Huelga, estudiantes que formaron posteriormente el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), entre ellos Jorge Skinner Klee, Mario Sandoval Alarcón, Mario Alvarado Rubio, José María (Chema) Palacios y Félix Octavio Rosales R. escogieron a Francisco Javier Arana como líder. En septiembre de 1947, escondió a un conspirador derechista en su casa y demandó que fueran deportados dos líderes sindicales, miembros del Frente Popular Libertador (FPL) y del Partido de Acción Revolucionaria (PAR). En noviembre de 1948, presentó sin éxito su propia lista de partidarios a las elecciones del Congreso. En febrero de 1949, fue ascendido al grado de Coronel. Como Jefe de las Fuerzas Armadas, presionó al Presidente Juan José Arévalo para que cerrara la Escuela Claridad, a la cual consideraba un centro de formación comunista. Dentro del FPL, sólo la fracción dirigida por Mario Méndez Montenegro lo apoyó. En enero de 1949, cuando algunos miembros del Sindicato de Acción y Mejoramiento Ferrocarrilero (SAMF) declararon su apoyo a su candidatura presidencial, fueron reprendidos por los directivos del SAMF y por las dos confederaciones obreras del país. Recibió las siguientes condecoraciones: Orden del Quetzal, en el grado de Gran Cruz; Orden del Libertador Simón Bolívar, en el grado de Gran Oficial; Medalla de Vecino Honorable de la Municipalidad de Guatemala y Medalla Legión del Mérito, en el grado de Comandante, de los Estados Unidos de América. El Presidente Arévalo, en su libro Despacho Presidencial, desmiente la versión sobre un supuesto ultimátum de Arana la tarde del sábado 16 de julio de 1949, exigiéndole la disolución del Gabinete, su reemplazo con las personas que le propondría y dar de baja en el Ejército a Arbenz y a sus seguidores. Durante la mañana del 18 de julio, Arana se presentó a Casa Presidencial y le comunicó a Arévalo que iba camino a El Morlón (Amatitlán) a recuperar 200 rifles, que Arévalo había regalado a la Legión del Caribe, para que derrocaran al Presidente de República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo, pero que tropas del Gobierno de México se lo había quitado en Yucatán y devuelto por la vía diplomática a las autoridades guatemaltecas, quienes habían decidido ocultarlas en el Chalet “El Morlón”. Al salir Arana de la Casa Presidencial, acompañado del Coronel Luis Felipe Girón, Jefe del Estado Mayor Presidencial, quien haría la entrega del armamento, el Presidente Arévalo se comunicó con Arbenz. Al retornar de “El Morlón”, Arana y su comitiva fueron interceptados en el Puente “La Gloria” (Río Michatoya, Amatitlán) por el Coronel Enrique Blanco (El Chino), Subdirector de la Guardia Civil, acompañado de un grupo de hombres armados (entre ellos el Capitán Alfonso Martínez Estévez, Presidente de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Congreso, y Francisco Morazán) que aparecieron por varios puntos. Arbenz observó lo que acontecía con anteojos de larga vista desde uno de los miradores de “El Filón” (actual Parque de las Naciones Unidas). En dicha acción murieron Arana, su ayudante, el Coronel Absalón Peralta y el Coronel Blanco (más conocido como “el chino”), Subdirector de la Guardia Civil. Quedó herido Martínez Estévez, diputado al Congreso. El Coronel Luis Felipe Girón salió ileso, ya que el cuerpo de Absalón Peralta evitó que las balas le alcanzaran. El chofer de Arana, también ileso, logró asilarse en la Embajada de El Salvador. El Capitán Francisco Morazán trasladó el cadáver de Arana al Chalet “Santa Sofía”, en la Avenida La Reforma, donde residía Jacobo Arbenz. Cuando se conoció el hecho, los coroneles Jorge Barrios Solares y Saturnino Barrera de la Guardia de Honor, y el civil Mario Méndez Montenegro encabezaron en forma desorganizada una sublevación armada, ya que el Comandante de dicho cuartel, Coronel Juan Francisco Oliva, había sido llamado de urgencia a Casa Presidencial y encarcelado en el sótano del Palacio Nacional. Algunas instalaciones militares de la ciudad de Guatemala fueron bombardeadas desde la Guardia de Honor y se produjeron daños materiales en los alrededores de los sitios militares estratégicos. Después de dos días de combate, con el apoyo de la aviación, las fuerzas regulares leales a Arévalo y Arbenz controlaron la situación, con un saldo de alrededor de 150 muertos y más de 200 heridos. Por amistad con algunos aranistas, la Embajada de Chile izó la bandera de su país en la casa donde vivía Arana, en el Callejón Variedades, para dar protección a los deudos del difunto. Esto impidió a las autoridades ingresar al inmueble hasta que vino de Chile un ex embajador y el caso se arregló diplomáticamente. El Coronel Arana fue sepultado en el Cementerio General, donde posteriormente se le erigió un monumento, obra de Rodolfo Galeotti Torres. En un comunicado oficial, redactado por el mismo Presidente Arévalo, el Gobierno atribuyó la muerte de Arana a un asesinato perpetrado por alrededor de 20 delincuentes fuertemente armados que le tendieron una emboscada. También señaló que tan pronto como los delincuentes se dieron cuenta de que Arana estaba muerto, lo sacaron del sitio de comando y uno de ellos manejó la camioneta hasta el inicio de “El Filón”, donde todos los tripulantes cambiaron de automóvil. Durante el primer aniversario de la muerte de Arana, la oposición, convocada por Manuel Cobos Batres, se reunió en el Portal del Comercio para manifestar durante un minuto de silencio. Esto se repitió el día siguiente, en el que los estudiantes universitarios protestaron porque el Gobierno no había investigado la muerte de Arana.

 

Bibliografía: Mario Alvarado Rubio, Carlos Manuel Pellecer y Juan José Arévalo Recuento de una polémica: Pellecer-Alvarado y Arévalo-Alvarado: El asesinato del Coronel Arana (1983). Rodrigo Fernández Ordóñez, Un muerto en el armario: el asesinato del Coronel Francisco Javier Arana (Universidad Francisco Marroquín).

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