Vademécum Histórico Guatemalteco
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ARÉVALO BERMEJO, JUAN JOSÉ

Visita de Juan José Arévalo Bermejo a Quetzaltenango, durante la campaña presidencial de 1944.

(1904-1990). Presidente del Primer Gobierno de la Revolución (15/3/1945–15/3/1951), caracterizado por la promoción de la cultura y la seguridad social. Nació el 10 de Septiembre de 1904, en Taxisco (Santa Rosa), en el hogar de Mariano Arévalo Bonilla y Elena Bermejo de Paz. Estudió en el Colegio “Domingo Savio”, en la Escuela Normal Central para Varones, donde se graduó de Maestro de Educación Primaria en 1922, y en la Universidad Nacional. En 1926, como Director del Club Progresista de Estudiantes Universitarios, impulsó la candidatura de Jorge Ubico Castañeda. En enero del año siguiente, fundó el Ateneo Norma para promover la dignificación de los maestros. Ese mismo año, viajó a Argentina, para disfrutar una beca que el Gobierno de Lázaro Chacón le otorgó para estudiar en la Universidad de La Plata (Argentina). Allá se graduó de Profesor de Enseñanza Secundaria, en 1931; y de Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, en 1934. Retornó temporalmente a Guatemala, y ocupó el puesto de Oficial Mayor de la Secretaría de Educación; pero renunció por discrepancias con el Gobierno de Ubico, las que posteriormente recogería en dos escritos: Carta de Costa Rica y Las cuatro raíces del servilismo. En 1939 adoptó la ciudadanía argentina. Contrajo matrimonio en dos ocasiones: primero con la dama argentina Elisa Martínez Contreras; y en segundas nupcias con Margarita de León. El 3 de septiembre de 1944, un buen número de simpatizantes de los Partidos Renovación Nacional (RN) y Frente Popular Libertador (FPL) lo recibió en el Aeropuerto La Aurora, pues venía postulado como candidato presidencial, promovida por Juan José Orozco Posadas. 15 días después, a eso de las 9 de la noche, buscó la protección de la Embajada de México, ya que el Presidente Federico Ponce Vaides había ordenado detenerlo y meterlo en la cárcel. Después de la caída de Ponce Vaides, como parte de su campaña presidencial, señaló que su pensamiento político se basaba en el socialismo espiritual, concepción que se diferenciaba del socialismo materialista. En las elecciones de diciembre de 1944, obtuvo el 86.3% de los votos. El 6 de abril, el Gobierno de Arévalo emitió su primer decreto, mediante el cual suspendió las garantías constitucionales. Después de ordenar la desmilitarización de los institutos nacionales y escuelas normales, el Gobierno de Arévalo apoyó al Licenciado José Rölz Bennet para que la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos iniciara sus labores, lo que aconteció el 17 de septiembre de 1945, con la apertura de las carreras de Filosofía, Historia, Letras y Pedagogía. Otras innovaciones educativas del Gobierno de Arévalo fueron el inicio de una campaña nacional de alfabetización; la reapertura de la Universidad Popular (UP); la aprobación de la Ley de escalafón magisterial; la creación de la Editorial “José de Pineda Ibarra” en 1949, para publicar libros escolares y las colecciones “15 de Septiembre” y “20 de Octubre”, con obras históricas y literarias; y la construcción de edificios para que funcionaran el Instituto Normal de Señoritas Centro América (INCA), el Instituto Rafael Aqueche, la Escuela Normal Rural “La Alameda” y las Escuelas Tipo Federación;así como un edificio para la Biblioteca Nacional y Archivo General de Gobierno. Además salieron a luz la Revista de la Universidad, la Revista del Maestro, la Revista de Guatemala que dirigió Luis Cardoza y Aragón, en la que se publicaba ensayos y reseñas de libros sobre arte, literatura, ciencias sociales, filosofía y política. El Gobierno de Arévalo fue el fundador de la Dirección General de Cultura y Bellas Artes, Instituto de Antropología e Historia (IDAEH) e Instituto Indigenista. También construyó la Ciudad Olímpica para que pudieran realizarse en 1950 los Sextos Juegos Centroamericanos y del Caribe. Otras obras en el ámbito cultural fueron la edificación del Conservatorio Nacional de Música y la reorganización del Ballet Guatemala, Orquesta Sinfónica y Coro Nacional. Entre abril y mayo de 1945, alrededor de 400 dirigentes laborales se reunieron para buscar propuestas de solución a los problemas relacionados con salarios, alto costo de vida, fijación o liberalización de precios, así como fomento de la producción y de la industria. Al concluir, señalaron la necesidad que el Estado promulgara un Código de Trabajo y una Ley de Seguridad Social. Entre el 27 de mayo y 3 de junio de 1945 se desarrolló en Escuintla el Primer Congreso Regional de Economía, también conocido como “Triángulo de Escuintla”, porque participaron delegados de trabajadores y patrones de los ramos de la industria, comercio y agricultura de la región sur del país, así como delegados de instituciones oficiales. Los representantes de los trabajadores expusieron ante autoridades gubernamentales y representantes patronales los problemas salariales, laborales y sociales que afrontaban y propusieron como solución la emisión de un Código de Trabajo, ponencia que fue aprobada durante la plenaria habida el 1 de junio. El 18 de febrero de 1947, el Congreso de la República aprobó el Código de Trabajo, en el cual se reconocía el derecho a la libre sindicalización y a la huelga, los pactos colectivos de trabajo, el salario mínimo y la jornada de ocho horas. Además ordenaba la creación de tribunales de trabajo, y regulaba el horario de labores, asuetos, vacaciones y descanso por maternidad. La United Fruit Company (UFCO) criticó el Código de Trabajo como una ley inocua y lanzó una intensa campaña, en Estados Unidos, para desacreditar al Gobierno de Arévalo, al tildarlo de comunista. La transformación social más importante del Gobierno de Arévalo fue la creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), el 30 de octubre de 1946, con la emisión del Decreto 295 o Ley Orgánica del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Gran parte de los médicos se opuso a dicha ley, pues consideró que perjudicaba sus intereses. Su esposa Elisa Martínez Contreras fundó guarderías y comedores infantiles, jardines de vacaciones, maternidades cantonales y un hospital infantil en Puerto Barrios. Alaide Foppa Falla tuvo con él una relación sentimental y quedó embarazada de su primer hijo, Julio. Otras de las inquietudes económicas del Gobierno de Arévalo fueron el ordenamiento del sistema bancario y el desarrollo industrial del país. Por ello, el 1 de julio de 1946 fundó el Banco de Guatemala, para que administrara las reservas monetarias, regularizara el medio circulante, mantuviera la solvencia y buen funcionamiento del sistema bancario, y promoviera la promulgación de la Ley Orgánica del Banco de Guatemala, la Ley de Bancos y la Ley Monetaria. El año siguiente, el Congreso decretó la Ley de Desarrollo Industrial, que ofrecía incentivos y tarifas proteccionistas. Ese mismo año, el Presidente Arévalo creó la Comisión de Estudios Agrarios para evaluar el uso y propiedad de las tierras en Guatemala, y estudiar la reforma agraria de otros países. Sin embargo, prefirió mantener sin modificación el sistema de tenencia de la tierra. El 29 de julio de 1948, el Gobierno de Arévalo creó el Instituto de Fomento de la Producción (INFOP), para promover la producción, establecer granjas de experimentación de nuevos cultivos y la construcción de silos, y brindar financiamiento y asistencia técnica a las empresas agroexportadoras; además, con grandes facilidades de pago, les ofreció silos para almacenaje de granos, semillas mejoradas, fertilizantes, insecticidas, herbicidas y otros insumos. Después de cinco años de haber triunfado la revolución, la situación de los trabajadores del campo poco había cambiado. De ahí que los campesinos empezaron a hacer uso del Código de Trabajo, poniéndose en huelga para exigir mejores salarios y tierras en alquiler a los administradores de las fincas estatales y a los terratenientes privados. Por ello, el Gobierno decretó el 21 de diciembre de 1949 la Ley de Arrendamiento Forzoso de Tierras Ociosas, y debió incrementar el salario mínimo hasta 80 centavos por día, cuando tradicionalmente lo que se pagaba era de 5 a 20. Durante el Gobierno de Arévalo, los trabajadores de la ciudad y del campo pudieron organizarse con plena libertad. Para 1949, el Gobierno había reconocido la personería jurídica de 92 sindicatos. En agosto de 1945, la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), a propuesta del dirigente comunista salvadoreño Miguel Mármol Chicas, creó la Escuela Claridad para la capacitación y formación política y sindical del sector laboral. Sin embargo, en enero de 1946, el Coronel Francisco Javier Arana presionó al Presidente Arévalo para que ordenara su cierre, con base en lo dispuesto por el artículo 35 de la Constitución de la República de 1945 que prohibía organizaciones políticas de carácter extranjero o internacional. El 28 de abril de 1947, el Congreso de la República emitió el Decreto 372, mediante el cual restringió la libertad de prensa, para defender el proceso revolucionario. El proyecto fue elaborado y presentado a la Asamblea Legislativa por Mario Monteforte Toledo y dirigentes del Partido Acción Revolucionaria (PAR). Los principales medios de difusión la llamaron Ley Mordaza. La iglesia católica, por medio de Verbum, su órgano de difusión, calificó a dicha ley de hitlerista y totalitaria, contraria a los postulados de la Carta del Atlántico y atentatoria de la dignidad de los hombres libres, porque ponía a las imprentas y radiodifusoras bajo la tutela de dos oficinas estatales: Tipografía Nacional y Radiodifusora Nacional. El Decreto 372 fue modificado en septiembre de 1949, para adicionarle lo referente a actos de difamación contra funcionarios; actos de calumnia o injuria; y divulgación de información tendenciosa o falsa. La Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) logró que se incorporara un artículo para que las penas carcelarias fueran sustituidas por multas pecuniarias y la obligación de hacer aclaraciones, impuestas a los medios de difusión. Tres hechos fueron los más significativos de la política exterior del Gobierno de Arévalo: reclamo de Belice, apoyo a Legión del Caribe y pedir el retiro del Embajador de Estados Unidos, Richard Patterson. En 1945, al igual que Argentina, Venezuela y Chile que reclamaban a Inglaterra la devolución de ciertos territorios, Arévalo buscó la ayuda de Estados Unidos para exigir a Inglaterra la devolución de Belice. Tres años después, Inglaterra envió a Belice dos buques de guerra y un contingente de tropas porque temía una invasión militar guatemalteca. El Presidente Arévalo creyó un deber solidario ayudar a los pueblos a liberarse de dictaduras políticas. En ese contexto, permitió a dirigentes políticos opositores de República Dominicana, Nicaragua y Costa Rica reunirse en Guatemala y organizar el 16 de diciembre de 1947 la Alianza Democrática del Caribe, más conocida como Legión del Caribe, para derrocar las dictaduras imperantes en sus respectivos países. Es más ayudó con armas a los costarricenses, durante la Revolución de 1948; y a los nicaragüenses, para que derrocaran a Anastasio Somoza García. En 1949, entregó un lote de armas a fuerzas insurgentes comandadas por Miguel Ángel Ramírez, para que derrocaran al Presidente de República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo, pero las autoridades mexicanas se las quitaron en Cozumel (Yucatán) y a principios de julio las devolvieron al Gobierno de Guatemala. Las relaciones con Estados Unidos fueron cordiales, mientras la Embajada estuvo a cargo de Edwin J. Kyle Jr.; sin embargo, se deterioraron con la llegada en noviembre de 1948 de Richard Patterson, pues éste opinó que la insistencia del Presidente Arévalo en el asunto de Belice era una muestra de sus inclinaciones comunistas. En 1949, el Presidente Arévalo solicitó al Departamento de Estado su retiro, porque además de haber opinado que las reformas gubernamentales y, en especial, el Código de Trabajo eran un ardid comunista, le había requerido destituir a varios funcionarios y promulgar una ley que permitiera a los extranjeros la explotación de los yacimientos de petróleo existentes en el territorio de Guatemala. La relación de Arévalo con Francisco Javier Arana empezó a ser tensa desde agosto de 1945, cuando este último le exigió el cierre de la Escuela Claridad. La situación empeoró en diciembre de 1945, con ocasión del accidente automovilístico que Arévalo tuvo cuando retornaba de Panajachel, en compañía de Lynn Cady Schnider, una joven periodista estadounidense, durante el cual casi pierde la vida. En dicha ocasión, Carlos Leonidas Acevedo, Manuel Galich y Mario Méndez Montenegro, líderes del Partido de Acción Revolucionaria (PAR), para evitar un golpe de Estado y garantizar la continuidad del proceso revolucionario, con la anuencia de Arévalo, se comprometieron por escrito a apoyar la candidatura presidencial de Francisco Javier Arana durante las elecciones de 1950. Tal acuerdo es conocido como Pacto del Barranco. El rompimiento definitivo entre Arévalo y Arana aconteció el 18 de julio de 1949, muy de mañana en el Palacio Nacional, debido a que Arana, en su calidad de Jefe de las Fuerzas Armadas, presentó a Arévalo un ultimátum para que entregara el lote de armas que estaban en el chalet “El Morlón” (Amatitlán), las cuales habían sido incautadas por el gobierno mexicano a miembros de la Legión del Caribe y devueltas a Guatemala. Arévalo instruyó a Jacobo Arbenz, Ministro de la Defensa, que apresara a Arana y lo entregara al Congreso de la República para su destitución. De inmediato, Arbenz organizó un comando para que ejecutara la orden en el Puente “La Gloria” sobre el Río Michatoya, mientras él observaba con binoculares el operativo militar desde el Mirador El Filón (actual Parque Naciones Unidas). Durante la acción murieron Arana y su ayudante; así como el Subdirector de la Guardia Civil, Coronel Enrique Blanco. Quedó herido el Mayor Alfonso Martínez, Diputado del Congreso, que también iba en el grupo. Sólo salió ileso Felipe Antonio Girón, Jefe del Estado Mayor Presidencial, y el chofer de Arana. Como consecuencia del asesinato, la Guardia de Honor se levantó y fue apoyada por elementos civiles, encabezados por Mario Méndez Montenegro, pero fue vencida por partidarios de Arbenz, con un saldo de 150 muertos y 300 heridos. En relación al asesinato, los hermanos Federico y José Rölz Bennet, Francisco Villagrán de León y Ernesto Viteri Bertrand visitaron al Presidente Juan José Arévalo Bermejo, y el primero le expresó: Su gobierno ha sido hasta ahora una página blanca en la historia de Guatemala y nosotros no queremos que esa página se manche con un hecho que estamos seguros no es imputable a usted. Estamos íntimamente convencidos que no ha tomado participación alguna en él. Si lo creyéramos no estaríamos aquí. Ahora bien, la muerte trágica del Coronel Arana es un asesinato de orden político. La creencia es que el Gobierno lo mandó a asesinar y usted está cargando con la responsabilidad del cadáver del Coronel Arana. La respuesta de Arévalo fue: Esa mancha yo no me la puedo quitar. Estoy salpicado de sangre. Por medio de un boletín, el Gobierno culpó a la delincuencia común del asesinato. Tal comunicado fue decidido en Junta de Gabinete, con la oposición de Enrique Muñoz Meany, Jacobo Arbenz Guzmán y Carlos Aldana Sandoval, Ministros de Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Comunicaciones y Obras Públicas, respectivamente.  El Presidente Arévalo guardó silencio sobre lo acontecido y no ordenó una investigación imparcial; por el contrario, destituyó de los puestos de mando a los partidarios de Arana. Al asumir la Presidencia, Arbenz nombró a Arévalo Embajador sin sede, lo que le obligó a desempeñar varias misiones diplomáticas por diversos países de América y Europa. A partir de 1954, después del derrocamiento del Gobierno de Arbenz, residió en varios países de América Latina; por ejemplo entre 1959 y 1960 enseñó en la Universidad Central de Venezuela, donde una promoción de educadores lleva su nombre. A pesar de que, en enero de 1963, el Ministro de la Defensa, Coronel Enrique Peralta Azurdia, se había opuesto públicamente a que el Gobierno permitiera la candidatura presidencial de Juan José Arévalo, éste entró clandestinamente a Guatemala y el 28 de marzo se presentó sorpresivamente ante los medios de comunicación. Tres días después, el alto mando del Ejército, encabezado por Peralta Azurdia derrocaba, al Presidente Miguel Ydígoras Fuentes. El Golpe de Estado obligó a Arévalo a retornar a México. El primer manifiesto de los golpistas señaló que Guatemala se hallaba al borde de un conflicto interno, como resultado de la subversión permanente que sectores procomunistas han propiciado. Según The Miami Herald, la orden de derribar a Ydígoras fue dada por el Presidente John Fitzgerald Kennedy, después de una reunión con sus consejeros políticos, el Director de la CIA, Richard Hellman, y el Embajador de los Estados Unidos en Guatemala, John O. Bell. Arévalo desempeñó también el cargo de Embajador en Chile (1969-1970) y Francia (1970-1972). Escribió obras literarias, pedagógicas, filosóficas, políticas y autobiográficas. Entre ellas se pueden citar las siguientes: Alba (poemas, 1923); Laureles del corazón (sf); Método nacional para aprender simultáneamente dibujo, escritura y lectura (1925); Viajar es vivir; La Pedagogía y la personalidad; La adolescencia como evasión y retorno; La Filosofía de los Valores en la Pedagogía; Guatemala, la Democracia y el Imperio; Las cuatro raíces del servilismo; y La fábula del tiburón y las sardinas. Entre sus obras autobiográficas destacan: Memorias de aldea; La inquietud normalista; La Argentina que yo viví (1974); El candidato blanco y el huracán; y Despacho presidencial (1998). Mediante el Acuerdo Gubernativo 101-2002, el Gobierno de Guatemala creó la Orden “Juan José Arévalo Bermejo” para exaltar los méritos educativos, culturales y académicos de personalidades e instituciones nacionales y extranjeras, con destacada trayectoria en el desarrollo de la educación y de la ciencia. Arévalo falleció en la ciudad de Guatemala, el 7 de octubre de 1990. Fue sepultado en su pueblo natal. Bibliografía: Augusto Cazali Ávila, El Gobierno del Doctor Juan José Arévalo, 1945-1951 (Guatemala: Editorial Universitaria, 1999).

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