Vademécum Histórico Guatemalteco
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ARÉVALO MARTÍNEZ, RAFAEL

Rafael Arévalo Martínez. Caricatura de Rodolfo (Loro) Valladares

(1884-1975). Poeta, novelista, cuentista y dramaturgo, así como el más ilustre representante de la Generación de 1910, conocida como Generación del Cometa. Nació en la ciudad de Guatemala, el 25 de julio de 1884. Sus padres fueron José Rafael Arévalo Arroyo y Mercedes Martínez Pineda. Por parte de su padre descendía del conquistador Jorge de Alvarado y Lucía Xicoténcatl Tecubalsi. Sus estudios de secundaria los realizó en el Colegio de Infantes. El 6 de julio de 1911 contrajo matrimonio con Gabriela Evangelina Andrade Díaz, nacida en Barberena (Santa Rosa) el 17 de marzo de 1895, siendo sus padres Rodolfo Andrade Tellería (nicaragüense) y Salomé Díaz Borrayo, originaria de Barberena. Procrearon siete hijos: Rafael Felipe, Emilia Sofía, Carlos Alberto, Alfonso, Manuel, Eva Mercedes y Ana Teresa. Arévalo Martínez colaboró con los periódicos El Imparcial, Diario de Guatemala, La República y Nuestro Diario; y editó la revista Juan Chapín. Después de los Terremotos de 1917-1918, dirigió por dos años la revista Centro América, órgano de la Oficina Internacional Centroamericana. Por recomendación del Doctor Rodolfo Robles Valverde, fue nombrado Director de la Biblioteca Nacional de Guatemala (1927-1945) y, durante el ejercicio de tal cargo, publicó el Boletín de la Biblioteca Nacional y creó la Hemeroteca Nacional. Escribió cuento, novela, poesía, teatro, ensayo, crónica y una autobiografía. Su formación literaria estuvo influenciada por los poetas modernistas Rubén Darío, José Santos Chocano y Porfirio Barba-Jacob, sus amigos. Fue miembro correspondiente de la Real Academia de la Lengua. Escribió también con el seudónimo Placencio Artigas. Su primera obra fue Maya (1909), un poemario que fue prologado por Santos Chocano. La crítica literaria ha clasificado sus novelas en dos clases: autobiográficas y político-sociales. Entre las primeras se encuentran: Una vida (1914), con ilustraciones de Máximo Ramos; Manuel Aldano - La lucha por la vida (1922) y Las noches en el Palacio de la Nunciatura (1927). Las otra son La oficina de paz de Orolandia (1925), en que ridiculiza y fustiga a la Oficina Internacional Centroamericana de la Unión Panamericana, por el desorden en que funcionaba; El mundo de los maharachías (1938) y Viaje a Ipanda (1939). Escribió otras novelas como Sentas (1927) y Hondura (1947). Su mejor cuento es El hombre que parecía un caballo (1915), relato fantástico considerado por la crítica como un clásico de las letras hispanoamericanas y de los cuentos psicozoomórficos. La carátula de la primera edición fue elaborada por el pintor Carlos Mérida. Suyos también son los cuentos: Mujer y niños (1909), El trovador colombiano, El señor Monitot (1922), La signatura de la esfinge (1933), El embajador de Torlania (1960), Cratilo y otros cuentos (1968) y Cuatro contactos con lo sobrenatural y otros relatos (1971). Publicó los siguientes poemarios: Los atormentados (1914), Poesías escogidas (1921), Las rosas de Engadi (1927), Llama -y el Rubén poseído por el Deus- (1934), 35 Poemas (1944), Por un caminito así (1947), Cuentos y poesías (1961) y Selección poética (1975). Compuso la letra del Himno a Centro América, al cual el Maestro Rafael A. Castillo le puso música. Escribió, asimismo, los siguientes ensayos filosóficos: Nietzsche el conquistador (1943), Influencia de España en la formación de la nacionalidad centroamericana (1943) y Concepción del cosmos (1954); así como una autobiografía titulada Narración sumaria de mi vida. En el género dramático, escribió Los Duques de Endor (1940) y El hijo pródigo (1956). En el campo político, aunque mantuvo una posición independiente, se refirió a los gobiernos dictatoriales de Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico Castañeda en ¡Ecce Pericles! (1946) y Ubico, respectivamente. Publicó también el cuento Las fieras del trópico, cuyo personaje principal, José de Vargas, representa propiamente la persona de Ubico, cuando éste era Jefe Político de Retalhuleu. Compuso el soneto A Nicaragua para referirse a la actitud entreguista del Partido Conservador Nicaragüense y a la gesta liberadora que Augusto César Sandino encabezó contra el imperialismo yanqui. En 1945 fue nombrado Embajador Especial de Guatemala en Washington (Estados Unidos). El 20 de octubre del año siguiente, el Gobierno de Juan José Arévalo le rindió un homenaje y le otorgó una pensión vitalicia de Q300.00 mensuales, por su aporte a la bibliografía nacional. El Gobierno de Nicaragua le confirió la Orden “Rubén Darío”; y el de Guatemala, la Orden del Quetzal en el grado de Gran Oficial (1958) y la Orden Antonio José de Irisarri (1974). Existen dos pinturas de su persona: una elaborada por Humberto Garavito (1914) y otra por Rafael Beltranena Sinibaldi (1959). En la Biblioteca Nacional hay un busto de su persona, hecho por Roberto González Goyri. Falleció en la ciudad de Guatemala el 12 de junio de 1975.

Bibliografía: César Brañas, Rafael Arévalo Martínez en su tiempo y en su poesía (Guatemala: Unión Tipográfica, 1944). Hugo Estrada, La poesía de Rafael Arévalo Martínez (Guatemala: Facultad de Humanidades, USAC, 1971).

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