Vademécum Histórico Guatemalteco
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BÁRCENA, PEDRO DE (EL MOZO)

(?-?). Sacerdote secular, Secretario de la Universidad de San Carlos (1677-1684?) y Vicario enfermero del Hospital de San Pedro. Hijo del Alférez Pedro de Bárcena (el Viejo) y Doña Lorenza de Cárdenas. El 17 de agosto de 1677, fue nombrado Secretario de la Universidad de San Carlos, con salario anual de 100 pesos. El 10 de enero de 1709, debido a que, por el fallecimiento del Presbítero Gonzalo González de Maeda, catedrático del idioma mexicano (náhuatl), había habido un concurso de oposición y no hubo concurrencia, solicitó al Claustro Universitario autorización para leer la cátedra de idioma mexicano en forma extraordinaria, pero no tuvo respuesta. El 8 de mayo de 1702, otorgó poder para testar a su hermana Doña Agustina y, en ausencia de ella, al mayor de sus hermanos que estuviera vivo; pidió ser sepultado en la Catedral; nombró como albaceas a sus hermanos Joseph y Francisco, y a falta de ellos al Capitán Don Antonio Varona Villanueva y su hermana Agustina; y dejó como herederos a sus hermanas Agustina y Manuela, y a falta de ellas sus hermanos Joseph y Francisco, clérigos (Falla, Extractos V: 153). El 3 de enero de 1705, compró al Presbítero Ignacio Antonio Betancur una casa en el Barrio del Tortuguero, de 27 varas de largo de oriente a poniente, por 23 varas de ancho de norte a sur, la que, con anterioridad, había sido de María de Ardón y María de la O (Falla, Extractos V: 185). El 16 de enero de 1704, compró por 2,800 pesos en la traza de la Plaza Mayor una casa al Presbítero Diego Arias de Miranda, cura del Partido de los Esclavos. Pagó por ella 568 pesos al contado, se obligó a pagar 400 pesos dentro de un año y dejó hipotecado el inmueble por 1,500 pesos a favor de la Capellanía fundada por el alma de Juan Arias de Miranda. Había pertenecido la casa al Capitán Juan Arias de Miranda y heredada por su hijo Diego Arias de Miranda (Falla, Extractos V: 255). El 17 de junio de 1709, donó a sus hermanas Agustina y Manuela una casa de altos y bajos, cubiertas de teja, con tienda a la calle y sobre la que pesaba ella un censo por 1,320 pesos a favor de la capellanía fundada por Antonio Justiniano Chávarri, de la que él era su capellán. Había comprado dicha casa el 20 de abril de 1702 por 2,800 pesos al Sargento Mayor Domingo de Ayarza (Falla, Extractos V: 306). En 1710, durante un ataque pirata al pueblo de Amatique, en el que murieron varios indígenas, fue hecho prisionero, pero liberado tres días después.

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