BATALLER Y ROS, MIGUEL ANTONIO

(?-?). Fiscal de la Audiencia de Granada (España), Fiscal del Crimen de la Audiencia de Guatemala (12/4/1790-1797) y Fiscal del Crimen de la Audiencia de México. En marzo de 1790, para combatir el crimen y la vagancia propuso al Presidente Bernardo Troncoso implementar el proyecto de 1778 de dividir la ciudad de Nueva Guatemala de la Asunción en distritos, cada uno con su propio Alcalde de Barrio. Además, le recomendó poner nombres a las calles y numerar las cuadras y casas con azulejos en las paredes para ayudar a los oficiales en la conducta de matrículas y el rastreo de malhechores. La propuesta fue aprobada por el Real Acuerdo en julio del mismo año. El Regidor Juan Miguel Rubio y Gemir fue comisionado para rotular las calles, y el Oidor Francisco Robledo y Alburquerque fue encargado de preparar un plan de policía. En julio de 1793, sugirió a Ignacio Beteta, editor de La Gazeta, que publicara en este órgano artículos sobre geografía e historia de Guatemala. Apoyó la representación de comedias por ser elemento moralizador; sin embargo, el Rey a petición del Síndico del Ayuntamiento de Santiago de Guatemala, Ignacio Guerra, ordenó el 9 de octubre de 1794 que no se permitiera a Antonio Camato continuar presentándolas (AGCA, A116, leg. 150, exp. 2945, fol. 46). En 1795, escribió que la mayor parte de los pobladores de Antigua Guatemala (Sacatepéquez) carecía de lo necesario para comer y vestir, a menos que lo hurtara. Recomendó la fundación de una sociedad patriótica encargada de avivar la economía y de generar empleos, a fin de que los vecinos dispusieran de los medios honestos para ganarse la vida, y para que se acabaran así los problemas de alcoholismo, desintegración familiar, prostitución, robos, estupros y asesinatos. En 1797, en Junta de Guerra, dictaminó que por ningún motivo debía pensarse en trasladar de la Isla de Roatán (Honduras) los 289 negros que los ingleses habían expulsado de la Isla de San Vicente, sino que deberían ser entregados al agente de Francia (AGCA, A21, leg. 120, exp. 2269). En México, en diciembre de 1815, como Auditor de Guerra, pidió que el cura José María Morelos fuera fusilado por la espalda; que le fuera cortada la cabeza y exhibida en la plaza mayor de México en una jaula de hierro; asimismo, que su mano derecha se enviara a Oaxaca para escarmiento público.