Vademécum Histórico Guatemalteco
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CAFICULTURA

Recolectoras de café, dedicadas a trasladar el producto al lugar en que era medido. Finca San Isidro. Fotografía de Eadweard Muybridge, 1875.

Actividad agroindustrial en la cual ha descansado, en buena medida, la agricultura comercial del país. En Santiago de Guatemala, el café se empezó a sembrar en algunos conventos, como planta ornamental, a mediados del siglo XVIII. A finales de la década de 1850, cultivadores de cochinilla de la Antigua Guatemala (Sacatepéquez) y de Amatitlán empezaron a diversificar sus cultivos, invirtiendo en el cultivo de café. Durante los dos períodos presidenciales de Rafael Carrera, la Sociedad Económica de Amigos del País y el Consulado de Comercio promovieron el cultivo del café. Por su parte, el Gobierno pagó a los plantadores 25 pesos por cada 1,000 árboles sembrados, subsidió con un peso cada quintal exportado, exoneró a los productores del pago de alcabala y autorizó a  las municipalidades de Verapaz arrendar tierras comunales para el cultivo de café. En 1862, siete departamentos producían ya café. A partir de 1860, ladinos residentes en la Bocacosta del Occidente y en las Verapaces, así como extranjeros de varias procedencias, empezaron también a cultivar el café; no pudieron, sin embargo, expandirse al ritmo que anhelaban, ya que la mejor y mayor parte de las tierras aptas para dicho cultivo pertenecían a las comunidades indígenas. Durante el Gobierno de Vicente Cerna, las tierras de las comunidades indígenas, aptas para el cultivo del café, fueron enajenadas en el mejor de los casos, pues en otros algunos caficultores ladinos se posesionaron ilegalmente. En vano fueron las quejas de indígenas de las Verapaces y Sacatepéquez, pues el Gobierno no respondió a los reclamos, ni impidió los abusos. El despojo de tierras llevó en algunos casos a que los vecinos abandonaran sus poblados y migraran a tierras cálidas, como aconteció con gente de Ciudad Vieja que marchó hacia Escuintla, donde fundó Santa Catarina Siquinalá. En su intento de ganarse a terratenientes y empresarios, el Gobierno de Cerna se distanció de los sectores populares. Por ejemplo, permitió que los corregidores departamentales de Sololá, San Pedro y San Marcos Sacatepéquez ayudaran a los cultivadores de café a conseguir mano de obra, mediante habilitaciones o pagos salariales anticipados. En 1871, el café ya constituía la mitad de todas las exportaciones de Guatemala. Pioneros de la caficultura fueron Juan Miguel de Rubio y Gemmir, León Ospina, Mariano Ospina y Julio Rossignon. El Gobierno de Justo Rufino Barrios apoyó el desarrollo de la caficultura mediante las medidas siguientes: la sustitución del Consulado de Comercio por el Ministerio de Fomento; la confiscación de las propiedades eclesiásticas; la simplificación de los procedimientos para el otorgamiento gratuito o la venta, a precios bajos, de terrenos baldíos y comunales, especialmente en el Occidente del país, en la Costa Cuca (Quetzaltenango); la organización de un sistema bancario; y la promulgación del Reglamento de Jornaleros (Decreto 177), por el cual se garantizaba mano de obra a los finqueros para el levantado de las cosechas. A mediados de la década de 1880, Guatemala se situó como el principal exportador mundial del grano. Federico Lehnhoff Wyld descubrió el café soluble. En 1919, primer año en que aparecieron estadísticas sobre la nacionalidad de los propietarios de la tierra, 170 fincas dedicadas a la caficultura pertenecían a alemanes, y 1,657 a guatemaltecos, entre ellas las pertenecientes la familia Herrera, Klee, Alejos, Falla y Cofiño. La crisis mundial capitalista de 1929 causó la caída del precio del café y, con ello, serios problemas económicos a todo el país. Entonces Guatemala vendía a Alemania alrededor de 900,000 bolsas de 132 libras, siendo su segundo proveedor en importancia, ya que los principales cafetaleros del país eran las casas Buhi y Hachmeister; F. Moesller; K. Lindener; Nottebohm Hermanos; A. Stteffens; Asseburg y Cía., y Guatalón Plantations; además de la Central American Plantations Company (CAPCO), de New York.

 

Bibliografía: Regina Wagner, Historia del café en Guatemala (2002). Héctor Pérez Brignoli y Mario Samper K. (compiladores), Tierra, café y sociedad: ensayos sobre la historia agraria centroamericana (San José de Costa Rica: FLACSO, 1994).

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