Vademécum Histórico Guatemalteco
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CASA DE MONEDA

Grabado en el que aparece el Escudo de la Real Casa de Moneda de Guatemala.

Institución encargada de fundir, fabricar y acuñar moneda metálica. En septiembre de 1714, el Presidente de la Audiencia de Guatemala, José de Cosío y Campa, propuso su fundación al Ayuntamiento de Santiago de Guatemala, a los Oidores y a las Órdenes religiosas, ya que en Nicaragua, Costa Rica y Honduras se realizaban transacciones comerciales por medio de mercancías, como el cacao. El proyecto no se pudo realizar, sin embargo, porque el Presidente Cosío y Campa fue trasladado al Gobierno de Filipinas. En 1729, un Cabildo Abierto solicitó a la Audiencia la construcción de un molinete, donde se pudieran fabricar entre 200,000 y 300,000 pesos. El 17 de enero de 1730, el Ayuntamiento expuso a la Corona la necesidad de contar con una Casa de Moneda para salir del miserable y lamentable estado en que se halla y poder incrementar el cultivo y beneficio de grandes minerales de plata (AGCA, A1, leg. 2247, exp. 16285). El 7 de febrero de 1730, el Presidente Antonio Pedro de Echéverz y Subiza se unió a la demanda anterior, al pedir a Felipe V la erección de la Casa y fábrica de moneda, en la forma y manera que está la de la Ciudad de México, argumentando que redundaría en mayor aumento del Real haber (AGCA, A1 25, leg. 2247, exp. 16285). En respuesta a tales solicitudes, el 17 de enero de 1731, la Corona autorizó la fundación de una Casa de Moneda en Guatemala y encargó su organización al Virrey de Nueva España (AGCA, A124, leg. 2245, exp. 16192, fol. 31). La real cédula de autorización llegó a Guatemala el 7 de enero de 1732 y fue celebrada con repiques de campanas.

Edificio donde funcionó la Casa de Moneda en Santiago de Guatemala

El Virrey de México nombró Director de la institución al Presbítero José Eustaquio de León, quien llegó el 17 de febrero de 1733 con oficiales, máquinas, troqueles y sellos. Un artículo de la Gaceta de México de marzo de 1733 describió dicho ingreso en la forma siguiente: Salieron a encontrarlos al pueblo de Jocotenango la Ciudad y la Nobleza; se pusieron los Cajones en que venían los enunciados sellos en la estufa [carroza grande] del Señor Presidente, que traía tiros largos, y su guardia montada ceñía los costados de la estufa; precedíanla las justicias de los pueblos vecinos con atabales y pendones; seguía el Noble Ayuntamiento y la Nobleza de forlones, y al llegar a la Plaza Mayor se dio el repique general e hizo salva de artillería; bajó el Señor Presidente con los Oficiales reales a recibir los Cajones que depositaron en las Cajas Reales. Según la misma Gaceta de México, el 19 [de marzo] se acuñó la primera moneda, que fueron cinco doblones de a diez y seis [reales]. Estos tenían por un lado el busto del Rey y por orla PHILLIPVS V. DEI GRATIA HISPANIARVM ET INDIARVM REX (Felipe V, Rey de España y de las Indias por la Gracia de Dios), por el reverso las armas de los reyes de España y por orla INITIVM SAPIENTIAE EST TIMOR DOMINI (El Principio de la Sabiduría es el temor a Dios). Y asistieron a tan plausible Acto los señores Presidente y Obispo, el Ayuntamiento, los Prelados Regulares y muchos Caballeros; y concluido pasó el señor Obispo y su Cabildo, y se cantó con gran solemnidad el TE DEUM; habiéndose hecho señal con el cimbalillo [campanita], se dió repique general y se hizo salva con la artillería y fusilería. Entre 1734 y 1739, la Casa fue levantada en la esquina noroeste del Real Palacio (AGCA, A317, leg. 1655, exp. 26924), cuyo frontispicio se instalaría, posteriormente, en el edificio de la Universidad de San Carlos (antigua Facultad de Derecho), en la Nueva Guatemala de la Asunción. La Audiencia ordenó que todos los poseedores de fragmentos de oro y plata presentaran éstos a la Casa de Moneda, para que allí fueran amonedados, so pena de decomiso y multa de 1,000 pesos, en el caso de los nobles; y de 200 azotes, cinco años de prisión y pérdida de las recuas en que se transportara el metal, si se trataba de otras personas. El funcionamiento de la Casa de Moneda no logró resolver los problemas de escasez de circulante, pues, a pesar de las sanciones previstas, parte del mineral extraído era contrabandeado por los propios funcionarios de la Audiencia y por los gurruguces. Al ser trasladada la ciudad al Valle de la Ermita, sus instalaciones fueron situadas en la parte occidental de la manzana que ocupaba el Real Palacio. En 1824 la Asamblea Nacional Constituyente prohibió la acuñación de monedas con las armas y emblemas de la monarquía española y decretó las características de las nuevas monedas: en el anverso, un sol que comenzaba a descubrirse atrás de cinco volcanes, y la leyenda “República del Centro de América”; y en el reverso, el árbol de la libertad, con la inscripción Libre Crezca Fecundo. En 1829, el Ejército Aliado Protector de la Ley, comandado por Francisco Morazán, utilizó sus instalaciones como cuartel (AGCA, B94, leg. 1396, exp. 32416). En octubre de 1840, la Familia Pavón adquirió la casa del Superintendente por 14,000 pesos pero, en noviembre del mismo año, la venta fue anulada (AGCA, B94, leg. 3617, exp. 84546). En 1853, fue modernizado el equipo de la Casa de Moneda y se acuñaron los “pesos carrereños”, llamados así porque llevaban la efigie de Rafael Carrera. Entre 1859 y 1871, la Casa de Moneda troqueló 574,570 piezas de oro, representativas de 1,206,814.50 pesos y 9,198,295 piezas de plata con un valor de 2,455,275.50 pesos. En 1924, se instituyó el Quetzal como unidad monetaria nacional, en paridad con el dólar de Estados Unidos; se acuñaron monedas de medio centavo y de 1, 2, 5, 10 y 25 centavos. Durante el Gobierno de Juan José Arévalo, el 8 de junio de 1948, se firmó el Decreto Número 528 que estableció, además, la moneda de 50 centavos. El 2 de julio de 1954, la Junta de Gobierno emitió el Decreto Número 6, por medio del cual se otorgaron al Banco de Guatemala las funciones de acuñación de monedas y se ordenó que el Ministerio de Hacienda y Crédito Público le entregara la maquinaria y equipo de la Casa de Moneda, los cuales los recibió el 16 de julio de 1954. El 5 de noviembre de 1959, se reorganizó la Casa de Moneda, conforme la Resolución Número 2728 de la Junta Monetaria y pasó a ser la Sección de Acuñación del Departamento de Emisión y Tesorería del Banco de Guatemala. El moderno edificio de la Casa de Moneda fue inaugurado en la Avenida Petapa, 43-81, Zona 12, de la ciudad de Guatemala. Bibliografía: Ignacio Solís, Memorias de la Casa de Moneda de Guatemala y del Desarrollo Económico del País (Guatemala: Ministerio de Finanzas, 1978). Kurt Prober, Historia Numismática de Guatemala (Guatemala: Banco de Guatemala, 1973). Leonel Gustavo Hernández Morales, La Real Casa de Moneda de Guatemala (1731-1821): tipología y poder adquisitivo de la moneda colonial (Guatemala: Escuela de Historia, USAC, 2004).

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