Vademécum Histórico Guatemalteco
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CASTILLA, JOSÉ MARÍA

José María Castilla. Pintura de Julián Falla (1845). Pertenece a la Academia de Geografía e Historia de Guatemala.

(1786-1848). Sacerdote diocesano, Provisor y Vicario General de la Catedral, periodista y Prócer de la Independencia. Nació en México. Hijo del General José de Castilla y la Eza, y Manuela Díez de Tejada y Paz, originaria de Antequera (Málaga, España). Charles Étienne Brasseur de Bourbourg escribió que había sido hijo bastardo del Rey Carlos IV de España. Estudió en el Colegio de Nobles de Madrid (España) y en la Universidad de Osma (España); en ésta obtuvo el Doctorado en Cánones. Llegó a Guatemala en 1810, en compañía de su madre y de su hermana Antonia María Castilla. Fue miembro del Cabildo Eclesiástico, Censor de espectáculos, Rector del Hospicio de San Pedro (Nueva Guatemala de la Asunción), Rector del Seminario Tridentino (1827-1842), Rector del Hospital San Juan de Dios, Director de la Sociedad Económica de Amigos del País y fundador de la Escuela de Escultura de esta entidad. En su casa se realizaba una tertulia patriótica a la que concurrían Juan y Manuel Montúfar, Marcial Zebadúa, José Barrundia, José Beteta, Vicente García Granados, dos capitanes de artillería y Pedro Molina. En ella surgió la iniciativa de publicar el periódico El Editor Constitucional. Como Rector del Colegio Tridentino, propuso aumentar las becas para jóvenes pobres. En 1818, Fray Miguel García, del Convento de Misioneros de Propaganda Fide, informó al Comisario de la Inquisición que Castilla era uno de los mayores insurgentes y que se preparaba una nueva sublevación contra las autoridades (AGCA, A41, leg. 1, exp. 54). En la Junta del 15 de septiembre de 1821, fue el primero en levantar su voz en favor de la Independencia, fustigando la postura contraria del Arzobispo Ramón Casaus y Torres. El 23 de septiembre de 1821, durante la Jura de la Independencia, predicó un sermón. En 1822 presentó información de merecimientos y servicios (AGCA, B17, leg. 529, exp. 10101, fol. 77). El 19 de agosto de 1822, solicitó a la Diputación Provincial prohibir entierros en los templos y que se hicieran en el Cementerio del Hospital San Juan de Dios (AGCA, B57, leg. 67, exp. 1827, fol. 82). Fue Diputado a las Asambleas Constituyentes de 1824 y 1839; en la primera de éstas mantuvo una postura contraria al sistema federal, defendiendo el centralismo estatal. El 30 de junio de 1823, en la Asamblea Nacional Constituyente votó en contra de la moción que decía: jamás estos estados se unirán a otros, sino por confederación o alianza (AGCA, B62, leg. 113, exp. 2958, fol. 4). Participó en la Comisión denominada “De alivio y mejoramiento de la suerte de los indígenas”, integrada por José Antonio Alcayaga, José Simeón Cañas, José Antonio Jiménez y Francisco Flores. Escribió en El Editor Constitucional y en El Indicador. María Josefa García Granados y José Batres Montúfar escribieron el poema El Sermón, en el que se satirizaba y se burlaban del Canónigo Castilla, a cuyas asiduas tertulias asistían. A principios de 1827, tuvo a su cargo la revisión de los libretos de las comedias que José Basilio Porras presentaría (AGCA, B78, leg. 863, exp. 21120, fol. 5). En marzo de 1830 solicitó a la Asamblea Legista el cese del confinamiento impuesto a los presbíteros Antonio García Redondo y Antonio Cróquer (AGCA, B118, leg. 2436, exp. 51711). El 27 de noviembre de 1841, fue incorporado a la Universidad de San Carlos con el grado de Doctor en Cánones que había obtenido en la Universidad de Osma (AGCA, B80, leg. 1066, exp. 22415, fol. 2). El 9 de septiembre de 1843, como Presidente de la Sociedad Económica, solicitó que los integrantes de la Sociedad Filarmónica fueran exceptuados del servicio militar (AGCA, B85, leg. 3600, exp. 82854). El 25 de marzo de 1847 abandonó el país. Murió el 26 de abril de 1848, en Madrid (España). Fue enterrado en el cementerio de la Sacramental de San Ginés.

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