Vademécum Histórico Guatemalteco
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ALBUREZ, FRANCISCO

(1799?-1886). Abogado, miembro del Partido Liberal, Vicepresidente de la Asamblea Nacional Legislativa (1823) y Secretario de Gobernación, Justicia y Asuntos Eclesiásticos durante el Gobierno de Miguel García Granados(1871-1873). Nació en San Martín Jilotepeque (Chimaltenango). Hijo de Bonifacio Méndez de Alburez y Valiente (1765-1832) y de María Dolores Herrera Sierra. Aunque fue conocido como Francisco Alburez, su nombre era Francisco Méndez de Alburez y Herrera. Estudió en el Seminario Nuestra Señora de la Asunción y en la Universidad de San Carlos. Contrajo matrimonio con María Andrea García, hija de Manuel Velasco y Manuela García, con quien procreó a Juana Francisca, María Hilaria, Francisco, María Leandra y Manuel Antonio Bernardo. Con Francisca Roca Duarte tuvo a Damián; y con Jesús Estrada, a Cecilio. Fue propietario de la hacienda San Antonio Saltán y de la Finca Las Mercedes (San Martín Jilotepeque). Su hija mayor heredó la finca. En 1827, al pasar por La Antigua Guatemala, con rumbo a Totonicapán, compró en las ruinas del Convento de Santa Clara, una libra de café por un peso, para tomarlo todos los días e infusión como antifebrífugo. En 1851, fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente que aprobó el Acta Constitutiva. Desempeñó también los siguientes cargos: Jefe Político Subalterno de Quetzaltenango (1824), Secretario de la Asamblea Legislativa del Estado de Guatemala (1826), Secretario General del Estado de Guatemala, Secretario del Congreso de la Federación y Secretario de Hacienda (1873-1876). Responsabilizó al Arzobispo Bernardo Piñol y Aycinena de las continuas matanzas en Oriente, y de difundir falsos rumores sobre la expulsión de los jesuitas. En 1871, junto con el Presidente García Granados, aparece firmando los Decretos 12 y 33 sobre la Bandera y Escudo de Armas de Guatemala. En diciembre de 1871 propuso la supresión del diezmo. Al año siguiente, con motivo de que los jefes políticos* prohibieron que durante las misas se diera lectura a un edicto eclesiástico, en el cual se excomulgaba a todo católico que leyera el número de El Malacate del 8 de marzo, que aludía a errores teológicos y ataques sacrílegos contra las congregaciones religiosas, trató de mediatizar el malestar de los curas, ordenando la destitución de cualquier Jefe Político que estorbara la circulación del edicto eclesiástico. Entre 1874 y 1880, tituló las tierras de Xayá (Escuintla). Testó en tres ocasiones: 23 de diciembre de 1861, 15 de mayo de 1865 y 22 de diciembre de 1870. Heredó la mayoría de sus propiedades en Escuintla, Sololá y Baja Verapaz a sus nietos Sinibaldi Alburez, hijos de María Hilaria Alburez García y Julián Sinibaldi Castro. Falleció el 2 de enero de 1886.

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