BEATERIO DE BELEM

Hornacina de la iglesia de Beatas de Belem (Antigua Guatemala, Sacatepéquez). Entre las imágenes, se encuentra la del Hermano Pedro

Congregación de mujeres piadosas. Su origen se remonta a 1670, fecha en la que el Hermano Rodrigo de la Cruz, Prefecto General de los belemitas, autorizó que Agustina Delgado, la hija de ésta, Mariana de Jesús, y otras mujeres, colaboraran en la atención de convalecientes, en una pequeña casa tomada en alquiler, ubicada cerca del hospital fundado por el Hermano Pedro. Con el aporte dado por el Maese de Campo, Sancho de Navas, la vivienda fue transformada en un hospital para mujeres, al que llamaron Portal de Bethlem. La institución se constituyó en un beaterio, con el hábito de la Tercera Orden de San Francisco. En 1680, el Obispo Juan de Ortega y Montañés autorizó que las beatas dejaran dicho hábito y usaran el de los frailes belemitas. El Papa Clemente X aprobó las respectivas Constituciones. En 1781 se abrió una escuela pública para mujeres niñas y adultas, en la cual las monjas enseñaban doctrina cristiana, lectura, escritura y bordado. En 1800, la Priora, Sor Manuela de San Cayetano, pidió la clausura de ciertos estancos y chicherías, situados en las inmediaciones de las tapias del convento (AGCA, A1, leg. 6057, exp. 53744). Durante la segunda mitad del siglo XIX, el beaterio tomó nuevas orientaciones, bajo la dirección de Sor Encarnación Rosal.